TIEMPO
DE REFLEXIÓN
“Pero
gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos
traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento
y abrigo, estemos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse caen
en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los
hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor
al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron
traspasados de muchos dolores.
Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas,
y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre.
Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual
asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos
testigos.” 1 Timoteo 6. 6 – 12.
En
la actualidad la crisis económica global ha afectado a muchos países, el
ingreso promedio por persona ha disminuido; para muchos creyentes esto se
vuelve una carga.
Aunque
estamos en la misma situación de muchas personas, y vemos que unas pocas tienen
una vida más cómoda, no debemos de compararnos con nadie, ni sentir envidia,
porque a nuestro lado está nuestro Proveedor, que nunca se olvida de sus hijos.
Debemos
disfrutar de toda la gracia que Dios nos da sin tratar de compararnos con
otros. Él siempre suple todo lo que nos falta conforme a todas sus riquezas en
gloria.
En vez de quejarnos debemos contentarnos y darle gracias en alabanza a Dios, porque Él cumple su Palabra en nuestras vidas, como dice el Salmo 37.25: “Joven fui, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan”.
Alabemos a Dios en medio de las dificultades económicas, porque tenemos un Sustentador que nunca falla.
En vez de quejarnos debemos contentarnos y darle gracias en alabanza a Dios, porque Él cumple su Palabra en nuestras vidas, como dice el Salmo 37.25: “Joven fui, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan”.
Alabemos a Dios en medio de las dificultades económicas, porque tenemos un Sustentador que nunca falla.
Alegrémonos
en Él porque nunca nos dejará solos.
Además,
¿qué sacamos con tenerlo todo pero viviendo angustiados por conseguirlo? Como
dice Proverbios 15.16: “Más vale tener poco, con el temor del Señor
que muchas riquezas con grandes angustias”. Alegrémonos en Dios.
Dios
les bendiga abundantemente.
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