martes, 19 de octubre de 2021

Cada día... Yugo desigual.

 


CADA DÍA CON DIOS

Yugo desigual.

 

Yugo es un palo que une a dos toros con el fin de que hagan un trabajo uniforme o parejo al arar.

Dios pone como ejemplo la unión de estos dos animales con el fin de que entendamos cuán importante es que una persona que tiene un propósito se una a otra que tenga el mismo propósito o que le pueda ayudar a conseguir lo que quiere lograr.

La Palabra de Dios dice que la única forma para que dos personas avancen, crezcan y se desarrollen es si están de acuerdo en lo que están haciendo. Amos 3. 3 “¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?”

Si alguien se queda varado en su automóvil y otros lo quieren ayudar empujando. No avanzarían para ningún lado si unos empujan para atrás y otros para adelante, la única forma de mover ese vehículo para algún lugar es si los que empujan se ponen de acuerdo.

Dios prohíbe que su pueblo tenga cualquier tipo de alianza con personas de otros pueblos con costumbres diferentes. Éxodo 34. 15 - 16  “Por tanto, no harás alianza con los moradores de aquella tierra; porque fornicarán en pos de sus dioses, y ofrecerán sacrificios a sus dioses, y te invitarán, y comerás de sus sacrificios; o tomando de sus hijas para tus hijos, y fornicando sus hijas en pos de sus dioses, harán fornicar también a tus hijos en pos de los dioses de ellas”

Salomón sabía que no debía relacionarse o hacer yugo con mujeres de otros pueblos pero a pesar de eso lo hizo. 1 Reyes 11. 1 “Pero el rey Salomón amó, además de la hija de Faraón, a muchas mujeres extranjeras; a las de Moab, a las de Amón, a las de Edom, a las de Sidón, y a las heteas;”

No importa cuánto tiempo llevemos de cristianos o cuan sabios seamos si nos unimos a un yugo desigual pronto terminaremos haciendo lo que ellos hacen, los seres humanos actuamos de acuerdo al medio en el que nos movemos. 1 Reyes 11. 4 “Y cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David”

El dicho popular dice: dime con quién andas y te diré quién eres o el más popular el que con lobos anda a aullar aprende.

Hay dos cosas importantes que nos hacen unir en yugo desigual

1. El Amor. El amor es un sentimiento, que mal encausado, nos hace actuar de la manera que menos lo esperamos.

1. Amor a una persona. 1 Reyes 11. 2 “gentes de las cuales Jehová había dicho a los hijos de Israel: No os llegaréis a ellas, ni ellas se llegarán a vosotros; porque ciertamente harán inclinar vuestros corazones tras sus dioses. A éstas, pues, se juntó Salomón con amor” Salomón se enamoró de esas mujeres y esto lo obligó a cambiar sus costumbres. Algunos cristianos creen que si se casan con alguien no creyente un día lo pueden cambiar. Si no cambia terminaremos cediendo para no perderlo.

2. Amor al dinero.  1 Timoteo 6. 10 “porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores” El dinero es necesario pero si lo amamos de manera exagerada nos terminara obligando a dejar a Dios y cometer cualquier barbaridad con tal de no perderlo.

3. Amor a lo que hacemos. 1 Juan 2. 15 “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él” Llámese trabajo, estudio, deportes, ministerio espiritual etc. A cualquier cosa que se una nuestro corazón terminara doblegándonos y alejándonos de los demás incluyendo a Dios.

2. El no entender que no todo nos conviene. 1 Corintios 10. 23 “Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica.” Es posible que no podamos controlar nuestro corazón y ordenarle de quien se debe enamorar pero si debemos entender y tener muy en claro que para unirse a alguien no es suficiente con amarlo también es muy importante pensar si nos conviene o no nos conviene.

Si nos enamoramos de un hombre o de una mujer que no comparte nuestras metas, que es adicta/o a cualquier vicio, que es una persona maltratadora debemos entender que por más que la amemos no nos conviene.

No nos involucremos sentimentalmente con personas que sabemos no nos convienen, recordemos el corazón es engañoso y cuando menos lo pensemos lo que creíamos solo era un juego o un pasar el tiempo se nos convierte en algo serio.  Jeremías 17. 9 “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?”

Nadie se enamora de alguien que no conoce por lo tanto antes de enamorarnos de alguien deberíamos pensar muy bien con quien nos relacionamos, tanto estar con esa persona en las buenas y en las malas generará sentimientos en nuestro corazón que después no los vamos a poder controlar.

Dios les bendiga abundantemente.

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