jueves, 28 de octubre de 2021

Cada día... Errores que no debemos cometer.

 




CADA DÍA CON DIOS

Errores que no debemos cometer.


Todos los seres humanos por estar en este mundo somos propensos a equivocarnos y no una sino varias veces. Jeroboam se equivocó y fue desagradable a Dios. Dios le dio diez tribus para que las gobernara.

1 Reyes 11. 29 - 31 “Aconteció, pues, en aquel tiempo, que saliendo Jeroboam de Jerusalén, le encontró en el camino el profeta Ahías silonita, y éste estaba cubierto con una capa nueva; y estaban ellos dos solos en el campo. Y tomando Ahías la capa nueva que tenía sobre sí, la rompió en doce pedazos,  y dijo a Jeroboam: Toma para ti los diez pedazos; porque así dijo Jehová Dios de Israel: He aquí que yo rompo el reino de la mano de Salomón, y a ti te daré diez tribus;” Que nos ha dado Dios o que nos ha confiado.

Lo único que Jeroboam tenía que hacer era cumplir con los mandatos de Dios es decir serle fiel. 1 Reyes 11. 37 - 38 “Yo, pues, te tomaré a ti, y tú reinarás en todas las cosas que deseare tu alma, y serás rey sobre Israel. Y si prestares oído a todas las cosas que te mandare, y anduvieres en mis caminos, e hicieres lo recto delante de mis ojos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, como hizo David mi siervo, yo estaré contigo y te edificaré casa firme, como la edifiqué a David, y yo te entregaré a Israel.”

Que errores cometió Jeroboam.

1. No confió en Dios. Se llenó de dudas en su corazón. 1 Reyes 12. 26 “Y dijo Jeroboam en su corazón: Ahora se volverá el reino a la casa de David” tuvo miedo. 1 Reyes 12.  27 “si este pueblo subiere a ofrecer sacrificios en la casa de Jehová en Jerusalén; porque el corazón de este pueblo se volverá a su señor Roboam rey de Judá, y me matarán a mí, y se volverán a Roboam rey de Judá.” las dudas y el miedo nublan nuestro entendimiento y nos hacen tomar malas decisiones.

2. Llevo al pueblo al pecado. 1 Reyes 12.  28 - 30 “Y habiendo tenido consejo, hizo el rey dos becerros de oro, y dijo al pueblo: Bastante habéis subido a Jerusalén; he aquí tus dioses, oh Israel, los cuales te hicieron subir de la tierra de Egipto. Y puso uno en Bet-el, y el otro en Dan.  Y esto fue causa de pecado; porque el pueblo iba a adorar delante de uno hasta Dan.” Cuando nosotros estamos equivocados hacemos que otros también se equivoquen. Sobre todo nuestros hijos y los que se encuentran bajo nuestra responsabilidad.

3. Nombraba sacerdotes de acuerdo a su propio criterio y no de acuerdo a las disposiciones de Dios. 1 Reyes 13. 33 “Con todo esto, no se apartó Jeroboam de su mal camino, sino que volvió a hacer sacerdotes de los lugares altos de entre el pueblo, y a quien quería lo consagraba para que fuese de los sacerdotes de los lugares altos.”

El hijo de Jeroboam se enfermó. 1 Reyes 14. 1 “En aquel tiempo Abías hijo de Jeroboam cayó enfermo.” Y esto hizo que cometiera muchos más errores. Los problemas o las dificultades en nuestra vida muchas veces nos hacen hundirnos más y más en nuestras equivocaciones.

1. No dio la cara. No fue capaz de pedir perdón a Dios y envió a su esposa. 1 Reyes 14.  2 a “Y dijo Jeroboam a su mujer: Levántate ahora”

2. Hizo que su esposa mintiera. 1 Reyes 14. 2 b “y disfrázate, para que no te conozcan que eres la mujer de Jeroboam, y ve a Silo; porque allá está el profeta Ahías, el que me dijo que yo había de ser rey sobre este pueblo.” Lo más grave de nuestras equivocaciones es que si no corregimos a tiempo involucramos a otros en nuestros errores.

3. No entendió que de Dios no nos podemos ocultar. Él lo sabe todo no importa tras que mascara nos escondamos. 1 Reyes 14. 5 “Mas Jehová había dicho a Ahías: He aquí que la mujer de Jeroboam vendrá a consultarte por su hijo, que está enfermo; así y así le responderás, pues cuando ella viniere, vendrá disfrazada.”

4. La consecuencia de nuestros errores los pueden vivir los demás. 1 Reyes 14. 10 “por tanto, he aquí que yo traigo mal sobre la casa de Jeroboam, y destruiré de Jeroboam todo varón, así el siervo como el libre en Israel; y barreré la posteridad de la casa de Jeroboam como se barre el estiércol, hasta que sea acabada.”

5. Las consecuencias de nuestros malos actos son inevitables. 1 Reyes 14. 12, 17 “Y tú levántate y vete a tu casa; y al poner tu pie en la ciudad, morirá el niño;  Entonces la mujer de Jeroboam se levantó y se marchó, y vino a Tirsa; y entrando ella por el umbral de la casa, el niño murió.”

Lo malo no es equivocarnos o cometer errores lo malo es no reconocerlos. Solo cuando reconocemos nuestros errores los podemos corregir. La única forma de llegar a la perfección es a través de la corrección. El hombre más fuerte no es el que nunca cae, el hombre más fuerte es el que está dispuesto siempre a levantarse y seguir adelante.

Dios les bendiga abundantemente.

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