martes, 26 de octubre de 2021

Cada día... De la cima a la cueva.

 


CADA DÍA CON DIOS

De la Cima a la cueva.

 

Todos pasamos por momentos maravillosos donde sentimos que estamos en la cima de nuestros sueños, de nuestros anhelos. 

Pero hay otros momentos donde sentimos que caemos a lo más abajo de nuestra montaña de sueños.

El profeta Elías estaba en la cima de su ministerio 1 Reyes 18. 40 “Entonces Elías les dijo: Prended a los profetas de Baal, para que no escape ninguno. Y ellos los prendieron; y los llevó Elías al arroyo de Cisón, y allí los degolló” Se enfrentaba a cualquier enemigo sin ningún problema. Estaba siempre seguro de lo que hacía.

Dios siempre respondía a cada una de sus oraciones. 1 Reyes 19. 45  - 46 “Y aconteció, estando en esto, que los cielos se oscurecieron con nubes y viento, y hubo una gran lluvia. Y subiendo Acab, vino a Jezreel.  18:46 Y la mano de Jehová estuvo sobre Elías, el cual ciñó sus lomos, y corrió delante de Acab hasta llegar a Jezreel.”

De un momento a otro Elías cayó. 1 Reyes 19. 4 “Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres”

Lo único que se le ocurrió a Elías fue huir…Si…Huir a una cueva. 1 Reyes 19. 9 “Y allí se metió en una cueva, donde pasó la noche. Y vino a él palabra de Jehová, el cual le dijo: ¿Qué haces aquí, Elías?” Dios mismo estaba sorprendido por la decisión del profeta. Tanto que por eso Dios le pregunta. ¿Qué haces aquí? Como queriéndole decir este no es tu lugar. Muchas veces cuando nos sentimos desanimados lo único que pensamos es meternos en nuestra cueva. Cueva de la pereza, del miedo, del que dirán. Etc.

Que hace que una persona caiga de la cima.

1. Sentirse en peligro. 1 Reyes 19. 3 “Viendo, pues, el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida, y vino a Beerseba, que está en Judá, y dejó allí a su criado.”

Peligro de quedar en ridículo. El miedo al qué dirán paraliza a una persona.

Peligro de fracasar en los negocios, en el amor, en el estudio. Este mundo es un mundo de riesgos y nadie puede triunfar en algo si no lo intenta.

2. Renunciar al propósito o a nuestros sueños. 1 Reyes 19.  4 a “Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse,” Cuando alguien ya no quiere luchar ya todo está perdido. Mientras tengamos ganas de luchar siempre habrá algo por hacer.

3. Creerse menos que los demás. 1 Reyes 19.  4 b “dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres.” Debemos valorarnos a nosotros mismos. Somos importantes para Dios.

4. No avanzar o estancarse. 1 reyes 19.  5 “Y echándose debajo del enebro, se quedó dormido; y he aquí luego un ángel le tocó, y le dijo: Levántate, come.” No te duermas actúa.

Que hacer para no caer.

1. Levantándose y preparándose para avanzar. 1 Reyes 19.  7 “Y volviendo el ángel de Jehová la segunda vez, lo tocó, diciendo: Levántate y come, porque largo camino te resta.” No es más fuerte el que nunca cae. El verdadero fuerte es aquel que cuando cae se levanta corrige y vuelve a empezar.

2. Tomar la decisión de salir y actuar. 1 Reyes 19.  11 “Él le dijo: Sal fuera, y ponte en el monte delante de Jehová. Y he aquí Jehová que pasaba, y un grande y poderoso viento que rompía los montes, y quebraba las peñas delante de Jehová; pero Jehová no estaba en el viento. Y tras el viento un terremoto; pero Jehová no estaba en el terremoto”

3. Ser Sensible a la voz de Dios. 1 Reyes 19.  12 - 13 “Y tras el terremoto un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible y delicado.  19:13 Y cuando lo oyó Elías, cubrió su rostro con su manto, y salió, y se puso a la puerta de la cueva. Y he aquí vino a él una voz, diciendo: ¿Qué haces aquí, Elías?”

No permitamos que las circunstancias o las personas negativas nos bajen del lugar donde Cristo nos puso…. ¡En la Cima! Los hijos de Dios no están hechos para ser cola. Los hijos de Dios están hechos y preparados para ser cabeza pero esa es nuestra decisión.

Dios les bendiga abundantemente.

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