sábado, 8 de febrero de 2020

Tiempo... Hechos 16. 31



TIEMPO DE REFLEXIÓN

“Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.”  Hechos 16. 31


Cuando escuchamos el evangelio de Dios, no estamos escuchando un llamado a practicar un acto religioso, sino un llamado al arrepentimiento, con una profunda diferencia: no es en nosotros mismos que tenemos la capacidad de dejar el pecado o quitarlo de nosotros, sino que la confianza en lo que hizo Cristo en la cruz nos llevará a una verdadera transformación.
Dios es el que nos provee la cura para la enfermedad del pecado, que es la más mortal de todas, por la fe en su hijo Jesús.
Así que todos aquellos que compartimos con amor este mensaje, no estamos invitando a repetir una oración sin sentido, sino que invitamos al arrepentimiento, a renunciar al pecado a través del poder transformador de la fe en Jesucristo.
Cuando hablamos de “invitar a Jesús al corazón” no se trata de una práctica religiosa, sino que como embajadores de Cristo, estamos rogando para que el que no cree se reconcilie con Dios. (2 Corintios 5.20).
El arrepentimiento implica un cambio, un darnos cuenta que lo que hacíamos estaba mal y conscientemente decir dejar eso, pedir perdón a Dios y dejarnos guiar por Él para que nuestra vida cambie de rumbo.
Empezar a vivir una nueva vida de la mano de Dios de acuerdo a Su voluntad. 
El evangelio es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree (Romanos 1.16), es el brazo de Dios extendido para sacar tu vida de la muerte eterna.
Así que hoy aférrate a este mensaje: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa”.
Dios les bendiga abundantemente.

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