martes, 29 de julio de 2025

Un momento... Puertas abiertas o puertas cerradas

 


UN MOMENTO CON DIOS

Puertas abiertas o puertas cerradas

 

“Ahora pues, hijos, oídme, Y no os apartéis de las razones de mi boca”. (Proverbios 5. 7)

 

Las decepciones pueden ser difíciles de soportar. En un momento la vida puede parecer encaminada hacia lo que esperamos y soñamos. Al momento siguiente, nuestro camino está bloqueado, aparentemente sin remedio. ¿Cómo reaccionamos ante las puertas cerradas?

Si nuestros corazones están decididos a seguir un determinado curso de acción, podemos seguir adelante de todos modos, negándonos a creer que Dios cerraría la puerta por un tiempo o un propósito que no podemos ver. Avanzamos manipulando a las personas o las circunstancias, asegurándonos de conseguir lo que queremos y aplicando aquel, muchas veces errado consejo, de que “el fin, justifica los medios”. Tristemente, nos encontramos fuera del plan del Padre, con gran angustia y rebeldes en cuanto a Su voluntad para nosotros, muchas veces, aún, sin percibirlo. Otra forma en que podemos responder a un camino bloqueado es enfadarnos porque el Señor no se pliega a nuestra voluntad. De hecho, podemos enojarnos tanto porque Él no está haciendo las cosas a nuestra manera, que renunciamos a Él y nos alejamos. Una vez más, rechazamos la seguridad de Su perfecta voluntad y sólo encontramos devastación.

Por otro lado, la respuesta piadosa es esperar y confiar. Cuando el Señor nos aparta de aquel que considerábamos nuestro camino, es decir, el camino correcto, debemos tener fe en Él, tomándonos el tiempo para evaluar la situación y orar para que nos guíe, agradeciéndole, además, por cerrar las puertas que no estaban dentro Su voluntad y pidiéndole al Espíritu que aumente nuestra sensibilidad a las puertas abiertas que Él de antemano ha preparado para nosotros, reconociendo que como Dios, Él sabe lo que es mejor y con certeza ya está de antemano preparando la forma de proveerlo a cada uno de sus hijos.

Escuchemos a Dios y no nos apartemos del camino que Él tiene para nosotros. En otras palabras, oremos, esperemos, confiemos y obedezcamos. Alabémoslo incluso cuando no entendamos los obstáculos en nuestro camino y permanezcamos fieles a lo que Él nos llame a hacer. Porque de esta manera, siempre tendremos la seguridad de poder experimentar lo mejor de lo que Él ha planeado para nosotros.

Demos gracias a Dios, por las puertas que cierra en nuestro camino. Cuando enfrentemos puertas cerradas y no entendamos las razones, confiemos en Su tiempo y guía, que serán lo mejor para nuestra vida.

Dios les bendiga abundantemente.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario