UN MOMENTO CON DIOS
La obediencia a Dios es lo
primero
“Pero Pedro y los apóstoles respondieron: —Nosotros tenemos que obedecer a Dios antes que a cualquier autoridad humana. El Dios de nuestros antepasados levantó a Jesús de los muertos después de que ustedes lo mataron colgándolo en una cruz. Luego Dios lo puso en el lugar de honor, a su derecha, como Príncipe y Salvador. Lo hizo para que el pueblo de Israel se arrepintiera de sus pecados y fuera perdonado”. (Hechos 5. 29 -31)
Este pasaje nos presenta un
momento crucial en la historia de la iglesia primitiva. Pedro y los apóstoles,
enfrentando la oposición del Sanedrín, declaran con valentía: "Es
necesario obedecer a Dios antes que a los hombres." Esta afirmación no
solo refleja su compromiso con la verdad, sino que también nos desafía a
examinar nuestra propia fidelidad a Dios en medio de las presiones externas.
El pasaje continúa con una
proclamación poderosa: Dios ha exaltado a Jesús como Príncipe y Salvador,
ofreciendo arrepentimiento y perdón de pecados. Aquí encontramos el núcleo del
evangelio: la soberanía de Cristo y la gracia redentora de Dios. Pedro y los
apóstoles no solo defienden su derecho a predicar, sino que también anuncian el
mensaje de salvación con convicción.
Este relato nos invita a
reflexionar sobre nuestra propia obediencia. En un mundo donde las normas
sociales y las expectativas pueden entrar en conflicto con nuestra fe, ¿cómo
respondemos? ¿Nos dejamos llevar por el temor o permanecemos firmes en nuestra
lealtad a Dios? La valentía de los apóstoles nos recuerda que la verdadera
obediencia no siempre es fácil, pero es esencial para vivir una fe auténtica.
Además, el pasaje nos habla de
la exaltación de Cristo. Dios lo ha puesto en una posición de autoridad,
ofreciendo redención a todos los que se acercan a Él. Esto nos llama a confiar
en Su gracia y a compartir Su mensaje con valentía.
Para aplicar este pasaje en
nuestra vida, podemos preguntarnos: ¿Hay áreas en las que estamos
comprometiendo nuestra fe por temor a la opinión de los demás? ¿Cómo podemos
fortalecer nuestra confianza en Dios y vivir con mayor fidelidad? La historia
de los apóstoles nos anima a caminar con convicción, sabiendo que nuestra
obediencia a Dios es el fundamento de una vida transformada.
Dios les bendiga abundantemente.

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