martes, 8 de julio de 2025

Un momento... La mejor enseñanza

 


UN MOMENTO CON DIOS

 La mejor enseñanza

 

“Hijos, obedezcan a sus padres porque ustedes pertenecen al Señor, pues esto es lo correcto. «Honra a tu padre y a tu madre». Ese es el primer mandamiento que contiene una promesa: si honras a tu padre y a tu madre, «te irá bien y tendrás una larga vida en la tierra». Padres, no hagan enojar a sus hijos con la forma en que los tratan. Más bien, críenlos con la disciplina e instrucción que proviene del Señor”. (Efesios 6. 1 – 4)

 

Este pasaje nos presenta una enseñanza fundamental sobre la relación entre padres e hijos, enmarcada en la voluntad de Dios. Pablo exhorta a los hijos a obedecer a sus padres "en el Señor", mostrando que la obediencia no es meramente una regla social, sino una expresión de fe y alineación con los principios divinos. Luego, se menciona el mandamiento de honrar a los padres, con la promesa de una vida bendecida y prolongada. Esto refuerza la idea de que el respeto y la honra hacia los progenitores traen consecuencias positivas no solo en la vida personal, sino también en la dinámica familiar y comunitaria.

Sin embargo, el texto no solo se dirige a los hijos, sino que también confronta a los padres con un llamado a la responsabilidad. Pablo advierte a los padres a no provocar a sus hijos a la ira, sino a criarlos en la disciplina y amonestación del Señor. Aquí vemos el equilibrio en la enseñanza bíblica: los hijos deben obedecer, pero los padres deben ejercer su autoridad con amor, justicia y corrección guiada por la sabiduría de Dios. No se trata de una autoridad severa ni de permisividad extrema, sino de una crianza que refleja el carácter divino.

Esta relación entre padres e hijos es clave para comprender el impacto generacional del amor y la fe. Una crianza basada en el respeto mutuo, en el amor genuino y en la instrucción espiritual puede marcar vidas y establecer legados de fe. Como hijos, debemos evaluar si estamos honrando a nuestros padres con nuestras actitudes y decisiones. Como padres, debemos considerar si estamos guiando a nuestros hijos en el camino de Dios, con paciencia y exhortación amorosa.

¿Estoy honrando a mis padres con mi actitud y acciones?
Si soy padre/madre, ¿cómo estoy instruyendo a mis hijos en el camino del Señor?
¿Qué ajustes podemos hacer en nuestra relación familiar para reflejar mejor el amor y la justicia de Dios?

Dios les bendiga abundantemente.

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