lunes, 28 de julio de 2025

Un momento... Obediencia a medias no es suficiente

 


UN MOMENTO CON DIOS

Obediencia a medias no es suficiente

 

"¿Se complace el Señor tanto en los holocaustos y sacrificios como en la obediencia a su voz? La obediencia vale más que el sacrificio, y el prestar atención más que la grasa de carneros." (1 Samuel 15. 22)

 

El pasaje de 1 Samuel 15. 22 nos confronta con una pregunta fundamental: ¿qué valora Dios más, nuestras obras externas o nuestro corazón dispuesto a obedecerle? En este texto, el profeta Samuel señala que la obediencia a Dios supera cualquier acto externo de devoción, incluso los sacrificios que, en esa época, representaban la adoración más alta.

La obediencia tiene raíces profundas en la relación que cultivamos con Dios. Es un reflejo de nuestra confianza en Su voluntad y de nuestra disposición a someternos a Su propósito. Saúl, al desobedecer las instrucciones de Dios, demostró que su prioridad no era seguir el plan divino, sino sus propios intereses y razonamientos humanos. Esto nos recuerda que no podemos reemplazar la obediencia con acciones rituales o buenas intenciones.

En nuestra vida cotidiana, esto implica escuchar la voz de Dios a través de Su Palabra y del Espíritu Santo. A menudo enfrentamos decisiones donde la obediencia requiere sacrificio, abandono de nuestras propias comodidades o incluso ir en contra de lo que parece lógico. Sin embargo, la obediencia trae frutos duraderos: paz, comunión con Dios, y crecimiento espiritual.

La pregunta para reflexionar es: ¿dónde estamos priorizando nuestros propios planes sobre la voz de Dios? ¿Cómo podemos alinear nuestro corazón y nuestras acciones con lo que Él pide de nosotros? La verdadera adoración no se encuentra en lo que hacemos externamente, sino en un corazón humilde y entregado que busca agradar a Dios en todo. Como Samuel dijo, prestar atención a Dios es más valioso que cualquier sacrificio.

Dios les bendiga abundantemente.

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