jueves, 3 de julio de 2025

Un momento... La calumnia distorsiona la verdad

 


UN MOMENTO CON DIOS

La calumnia distorsiona la verdad

 

“Los que llevan una vida intachable y hacen lo correcto, los que dicen la verdad con corazón sincero. Los que no se prestan al chisme ni le hacen daño a su vecino, ni hablan mal de sus amigos”. (Salmo 15. 2 – 3)

 

El Salmo 15 nos presenta un estándar elevado de integridad y justicia, describiendo a aquel que habita en la presencia de Dios como alguien que habla verdad en su corazón, no calumnia con su lengua, no hace mal a su prójimo, ni admite reproche contra su vecino. Nos invita a reflexionar sobre el poder de nuestras palabras y la responsabilidad que tenemos en la manera en que nos comunicamos.

La calumnia es una distorsión de la verdad que busca dañar la reputación de otro. Es un acto que no solo afecta a la víctima, sino que también corrompe el corazón del que la pronuncia. La Escritura nos advierte repetidamente sobre el peligro de la lengua maliciosa, recordándonos que la muerte y la vida están en poder de la lengua (Proverbios 18. 21). Cuando participamos en la calumnia, nos alejamos del carácter de Dios, quien es justo y verdadero.

Este Salmo nos llama a vivir con una integridad que no solo se refleja en nuestras acciones, sino también en nuestras palabras. La verdad debe ser un principio fundamental en nuestra vida, no solo en lo que decimos, sino en lo que permitimos que influya en nuestro corazón. Jesús nos enseñó que de la abundancia del corazón habla la boca (Mateo 12. 34), por lo que nuestras palabras son un reflejo de nuestro estado interior.

¿Cómo podemos aplicar esta enseñanza? Primero, examinando nuestro corazón y nuestras palabras. ¿Hemos sido cuidadosos en no difundir rumores o información dañina? Segundo, promoviendo la paz y la verdad en nuestras conversaciones. Finalmente, recordando que nuestra comunión con Dios se fortalece cuando vivimos con integridad.

Dios les bendiga abundantemente.

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