UN MOMENTO CON DIOS
Dejemos nuestras cargas en
Dios
“Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros” (1 Pedro 5. 5 - 6)
El apóstol Pedro nos exhorta a
revestirnos de humildad, recordándonos que Dios resiste a los soberbios, pero
da gracia a los humildes. La humildad no es simplemente una actitud externa,
sino una disposición del corazón que reconoce nuestra dependencia de Dios. En
un mundo que valora la autosuficiencia y el orgullo, este llamado es un desafío
a vivir de manera contracultural, confiando en la soberanía divina.
Pedro nos anima a humillarnos
bajo la poderosa mano de Dios, con la certeza de que Él nos exaltará en el
momento oportuno. Esta exaltación no es inmediata ni según nuestros deseos,
sino conforme al perfecto plan de Dios. La humildad implica paciencia y
confianza, sabiendo que Dios obra en nuestro favor, incluso cuando no lo vemos.
La verdadera grandeza no se
encuentra en la autoexaltación, sino en la entrega humilde a Su voluntad. Que
este pasaje nos inspire a vivir con humildad y esperanza, sabiendo que Dios
honra a quienes confían en Él.
La palabra echar significa
arrojar, tirar o soltar. Podemos arrojar o soltar nuestras preocupaciones en
Dios, porque Él nos cuida. La semilla que sembramos es el cuidado de nosotros
mismos, y el fruto que cosechamos es el cuidado de Dios por nosotros.
¿Por qué la ansiedad por el
futuro puede ser una forma de orgullo? porque podemos olvidar que el poder de
Dios es mayor a todas las cosas. En consecuencia, surge de esa pregunta, una
siguiente: ¿Por qué optar por nuestros medios para avanzar ante esa carga,
cuando contamos con el Poder Mayor, el Poder del Señor?
Por tanto, la forma de luchar
contra la incredulidad del orgullo es admitir libremente que tengas ansiedad, y
gozarte en la promesa de la gracia venidera que dice “Él tiene cuidado de
vosotros”.
Hagamos la elección de caminar
sin preocupaciones. Declaramos hoy: descanso todas mis cargas en
Dios porque Él cuida de mí.
Dios les bendiga
abundantemente.

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