TIEMPO
DE REFLEXIÓN
“Acontecerá
que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por
obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te
exaltara sobre todas las naciones de la tierra”. (Deuteronomio
28. 1)
En la
vida obedecemos a un montón de personas, a nuestros padres, abuelos, tíos,
a nuestros maestros, jefes de trabajo, a nuestro cónyuge, etc., también
obedecemos a nuestras emociones, la ira, el temor, la alegría, etc.
Prácticamente
obedecemos toda la vida en diferentes formas. Seguramente hemos
aprendido, que, no obedecer tiene consecuencias no favorables, sobre todo
cuando fuimos niños.
También
hemos aprendido que a veces obedecer, no tiene buenas consecuencias; esto es
porque a las personas que obedecemos son humanos y se equivocan. O porque nos
dejamos emocionar y luego nos arrepentimos.
Sin
importar que creamos si obedecer es bueno o malo, invariablemente la mayoría de
nosotros mismos, damos órdenes a otros, sobre todo a los hijos, familiares, o
en el trabajo, etc. ¿Por qué? Porque entendemos de la importancia de obedecer,
nos hace más humildes, es aceptar que no todo lo sabemos.
Pero
cuando se trata de Dios, de nuestro creador, nos cuesta tanto trabajo
obedecerlo. Incluso lo cuestionamos, ¿por qué tengo que perdonar?, ¿por qué
tengo orar?, ¿por qué tengo que leer la Biblia?, ¿por qué debo ir a la iglesia?
Irónicamente, le cuestionamos a Dios todo. Y digo irónicamente porque, Dios no
falla, Él es perfecto, no tenemos por qué dudar de su consejo, Dios no se
equivoca.
Aprendamos
de Jesús, Él no tenía porque bautizarse, a diferencia de nosotros, Él no tenía
nada de qué arrepentirse, pero no cuestionó al Padre, el no dijo ¿por qué yo,
si me he portado bien? ¿Qué he hecho para merecer esto? Jesús entendía
perfectamente que obedecer la voluntad de su Padre era lo mejor. Entonces fue y
se bautizó. Simplemente obedeció.
Podemos
obedecer a quien queramos, a los hombres, a las emociones o a Dios. ¿A
quién quieres obedecer?
Amenazaron
de meter a la cárcel a los discípulos de Jesús, para que no hablaran más acerca
de la buena noticia de Dios. “Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es
necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.”
Obedecer
a Dios, nos conviene.
Dios
les bendiga abundantemente.
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