TIEMPO
DE REFLEXIÓN
“Porque
las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a
fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos
esperanza. Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros
un mismo sentir según Cristo Jesús, para que unánimes, a una voz,
glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo”. Romanos
15. 4 – 6.
Dios
quiere instruirnos para esta vida, Él sabe que las cosas a veces se tornan
difíciles para el hombre común, más aún para sus hijos que ahora tienen un
enemigo en común.
Por
supuesto que siempre nos promete la victoria en los problemas que se nos
presentan, pero es sabido, que muchas veces no sabemos cómo llegar a esa
victoria, ni que hablar, si la respuesta se demora más de lo que nosotros
creemos necesario.
Para
dicha instrucción, nos ha dado Las Escrituras, y nos dice la importancia de la
constancia, no habla de una lectura a vuelo de pájaro, rapidito, habla de
constancia, o sea, de ser constantes en la lectura y evidentemente en retener
la enseñanza recibida.
Además
nos dice, que también vamos a recibir consuelo a través de ellas, Dios quiere
tratar nuestras tristezas, fracasos, controversias, surgidas de la vida misma,
pero que a veces anidan en nuestro corazón y hacen mucho daño.
Dios
mismo es quien genera la constancia y el consuelo, para darnos esperanza en
medio de las situaciones conflictivas.
Además
quiere que podamos vivir todos juntos en armonía, nos dice, “para que todos
juntos, a una sola voz, alaben al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo”.
Jesucristo
mismo nos dio ejemplo, viviendo tres años con sus discípulos, con todas las
diferencias que tenían entre ellos, y luego demostrando el mismo amor por todos
aquellos que se acercaban a Él, no importando su raza, su sexo, ni el nivel de
educación y comprensión de Las Escrituras.
Cuando
surgen diferencias en los grupos, también surgen las quejas de unos contra
otros, y esto evidentemente no ayuda para alabar a una sola voz a nuestro Dios.
Que
importante es para Dios la unidad, es evidente que en un grupo, no todos van a
pensar exactamente igual, pero si hay amor y aceptación del hermano, la
diferencia en los conceptos, son más bien, aportes que enriquecen la idea
tratada, y no oposiciones a la misma.
Dios
nos habla también de la aceptación de Cristo, que maravilloso, Jesús nunca miró
más allá del corazón, su mirada estaba puesta en la sinceridad del
arrepentimiento y la búsqueda real que la persona tenía de comenzar y
profundizar una relación de padre a hijo con su Padre, solo nos pide que nos
aceptemos de la misma manera.
Dios
los bendiga abundantemente.
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