LO
QUE DEBEMOS CONOCER
Transformación
en la vida del cristiano.
“Por
tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria
del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por
el Espíritu del Señor” (2 Corintios 3.18)
Cuando
pasamos a ser hijos de Dios se establecen las condiciones necesarias para que
ocurra una transformación de vida, un cambio en nuestra manera de pensar y de
actuar. El Espíritu Santo sella nuestras vidas con su presencia y Él mismo se
convierte en el anticipo de la gloria postrera, las arras de nuestra herencia
(Efesios 1.14), asimismo adquirimos la capacidad para obedecer la Palabra de
Dios porque ella es impresa en nuestros corazones (Hebreos 10.16) y también
tenemos testimonio inmediato de que somos hijos de Dios (Romanos 8-16).
Es
decir, Dios nos potencia con virtudes especiales para que se inicie un proceso
de transformación que permite que Cristo sea formado en cada vida. Esta
formación es consciente y voluntaria, colaborando activamente con la obra el
Espíritu Santo en nuestras vidas sin contristarlo (Efesios 4.30), por el
contrario manteniendo nuestros oídos abiertos a su voz y nuestra disposición
permanente al cambio conforme a su propósito.
De
acuerdo al diccionario la palabra transformación está definida como: “acción y
efecto de cambiar de forma o aspecto de una persona o cosa”, sin embargo, en la
Biblia la palabra transformación va más allá de un simple cambio de aspecto.
Al
analizar esta palabra en el original griego, tenemos que realmente el término
usado es Metamorfosis, y significa básicamente “cambio de forma y de
estructura”, y otro concepto más formal lo define como “Cambio de una cosa en
otra, especialmente el que es sorprendente o extraordinario y afecta a la fortuna,
el carácter y el estado de una persona”.
Esto
es mucho más profundo de lo que imaginamos si lo aplicamos a una vida que ha
sido impactada por la gracia de Dios. Y es lo que toda persona que ha nacido de
nuevo debe experimentar para que la vida de Dios se manifieste en cada uno.
Dios
les bendiga abundantemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario