LO
QUE DEBEMOS CONOCER
Los
aspectos de la tentación
¿Quién
puede ser tentado?
Todos
estamos sujetos a la tentación, no creamos que al ser salvos no volveremos a
ser tentados. Seremos tentados, seremos bombardeados de tentaciones en las
áreas de deshonestidad, materialismo, sexualidad, codicia y orgullo. El ser
salvo no nos hace inmunes a la tentación, y ser tentados no es pecado.
Esto,
pese a que es conocido por la mayoría de los cristianos que, al menos, hayan
leído sus Biblias de modo regular, todavía sigue siendo uno de los más grandes
problemas que tienen hombres y mujeres que conviven sus días en las iglesias.
Se sufre de diversas tentaciones y, en lugar de recalar en esto que ya sabemos,
elegimos escuchar las mentiras del diablo que nos dice que ya somos pecadores
porque damos lugar a las tentaciones. No es así, una vez más: no es así.
Jesús
«…fue tentado en todo igual que nosotros, pero sin pecado» (Hebreos 4.15).
Pero tengamos cuidado y cuidémonos del orgullo.
1
Corintios 12 dice: “Así que, el que piensa estar firme, mire que no
caiga”. La persona orgullosa tienta al diablo a tentarlo, y si somos
arrogantes o descuidados respecto al pecado, vamos a caer.
Sin
embargo, la persona que está en mayor peligro es aquella que está intentando
luchar contra la tentación con sus propias fuerzas. Esa persona piensa: “No
necesito leer un libro sobre la tentación, yo no tengo ningún problema con la
tentación, puedo superarla”. Pero sin Cristo no podemos hacerlo.
¿Por
qué Dios no termina de una buena vez con el diablo? ¿Por qué no simplemente
quita de nosotros toda tentación? Porque ese no es su plan para nosotros. El
plan de Dios no es la inmunidad, sino la victoria.
El
plan de Dios para nosotros es la victoria. Él quiere que triunfemos en el Señor
Jesucristo. Todos estamos sujetos a la tentación para que podamos aprender a
depender del Señor Jesucristo y conocer la victoria.
No
hay cristiano que no conozca la tentación. No creamos que un pastor sea inmune
a la tentación. Tampoco creamos que un cristiano genuinamente comprometido con
Cristo no será tentado.
De
nuevo recordemos que Jesús fue tentado en todos los aspectos igual que
nosotros, pero no tuvo pecado, venció a la tentación. (Hebreos 4.15).
Dios
les bendiga abundantemente.
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