LO
QUE DEBEMOS CONOCER
Gracia
versus obras.
La
mayoría de la gente cree que llegará al cielo por su buen comportamiento. Pero
miremos con claridad este versículo. «… esto no de vosotros… no por obras»
(Efesios 2.8, 9). No es por el ego, y no es por las obras.
El
diablo no se rinde fácilmente y nos animará a creer algo así: “Correcto, no
puedo labrar mi camino al cielo, pero las obras me ayudarán. La gracia de Dios
es más lo que yo hago. Yo hago mi parte y Dios hace la suya”.
No
vamos para el cielo en un bote de remos. Hay quienes creen en las obras más la
gracia y usan esta ilustración: Si usted estuviera cruzando un río en un bote
de remos y usara sólo un remo, llamémoslo «obras», remaría en círculos. Pero si
usara el otro remo, llamémoslo «fe», remaría en la dirección opuesta. Luego,
con una mirada «sabia» en su rostro, dicen: Ambos remos, fe y obras, lo
llevarán al otro lado del río. Eso puede parecer una buena ilustración, pero
tiene un defecto fatal: No vamos al cielo en un bote de remos. Vamos al cielo
por la gracia de Dios. No por nosotros mismos o por nuestras obras.
Si
no entendemos esto, nunca tendremos la seguridad de la salvación.
Si
tan sólo una pequeña parte dependiera de nosotros, nunca tendríamos la
seguridad.
Si
en algo dependiera de nuestras obras, nunca sabríamos si hemos hecho
suficiente.
Grabémonos
esto en el corazón y en la mente: No es por nosotros mismos ni por obras. Mire
otra vez con detenimiento Efesios 2.8. “Porque por gracia sois salvos por medio
de la fe…”.
Desde
el punto de vista positivo es gracia por medio de la fe. Entonces, ¿qué es la
gracia? La gracia es la característica de la naturaleza de Dios que hace que él
ame a pecadores como nosotros.
Dios
no nos ama porque seamos valiosos, somos valiosos porque él nos ama. Ese amor
es por Su pura gracia. La gracia es algo que no merecemos en absoluto. Es el
inmerecido amor y favor de Dios mostrado a los pecadores que merecen el juicio.
Gracia:
Riquezas de Dios a expensas de Cristo Una manera de comprender el significado
de la gracia es cuando recordamos que hemos recibido las riquezas de Dios a
expensas de la muerte Cristo; eso es la gracia. Cuando piense en la gracia,
piense en Jesús, que murió sobre una cruz por causa de los pecadores que no lo
merecían.
No
tenemos nada que agrade a Dios. Somos pecadores por nacimiento, elección y
práctica, pero Dios nos ama a pesar de nuestro pecado, y ese amor se llama
gracia.
Podemos
explicar la gracia como las riquezas de Dios a expensas de la muerte de Cristo.
Dejamos de depender de nuestras buenas intenciones, nuestras buenas obras,
nuestro sentido de autosuficiencia y también dejamos nuestro pecado. Le damos
la espalda al pecado y confiamos en Dios.
Dios
les bendiga abundantemente.
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