miércoles, 11 de marzo de 2020

LO QUE DEBEMOS CONOCER



LO QUE DEBEMOS CONOCER
La gracia es un regalo

Si efectuamos un pago por un regalo, entonces deja de ser regalo.
 De un regalo no podemos jactarnos, porque es precisamente eso, un regalo. En el cielo no habrá nadie que se jacte por estar ahí. Cuando lleguemos allá, Dios recibirá toda la alabanza y la gloria por su maravillosa, incomparable y espléndida gracia.

Entramos al reino mediante un nuevo nacimiento y esto sucede cuando ponemos nuestra fe en la gracia de Dios. Juan, en su primera epístola, da unas características de los que han nacido dos veces. Podemos llamarlas marcas de nacimiento del creyente. Si hemos nacido de nuevo, la evidencia estará presente.
“En esto sabemos que nosotros le hemos conocido: en que guardamos sus mandamientos. El que dice: ‘Yo le conozco’ y no guarda sus mandamientos es mentiroso, y la verdad no está en él. Pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios ha sido perfeccionado. Por esto sabemos que estamos en él. El que dice que permanece en él debe andar como él anduvo” (1 Juan 2. 3 - 6). Juan no se anda por las ramas, directamente dice: “Mire, no me diga que es salvo si no está guardando los mandamientos de Dios. Si dice que lo es, es un mentiroso”.
No somos salvos por guardar los mandamientos, sino que si somos salvos los guardaremos. Ya hemos aprendido que la salvación no es por obras.
No nos salvamos por “guardar los mandamientos”.
Cuando guardamos los mandamientos, nos guiamos por ellos. Eso no se refiere a perfección sin pecado porque nadie es perfecto a excepción de Dios. Pero quiere decir que el deseo de nuestro corazón es guardar la Palabra de Dios.
Dios les bendiga abundantemente.

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