martes, 3 de marzo de 2020

LO QUE DEBEMOS CONOCER



LO QUE DEBEMOS CONOCER
La ciencia está cambiando.

La Biblia se evidencia como la Palabra de Dios debido a su exactitud científica La exactitud científica confirma a la Biblia como la Palabra de Dios. Este primer concepto es el que usan con más frecuencia para rebatir la Biblia aquellos que niegan su veracidad.

Normalmente se asume que, obviamente, la Biblia debe tener errores científicos.
Sin embargo, antes de afirmar eso, deberíamos asegurarnos de conocer dos cosas: la ciencia y la Biblia.
A menudo los que afirman que hay errores científicos en la Biblia no entienden con claridad ninguna de estas dos cosas. Y quienes entienden la ciencia deben admitir que está en un constante estado de flujo, cambiante. La ciencia que ayer era aceptada, no necesariamente es la ciencia de hoy.
 Se ha estimado que la biblioteca de Louvre en París tiene cinco kilómetros y medio de libros de ciencia, cuya mayoría son obsoletos. En 1861, la Academia Francesa de Ciencia escribió un folleto declarando que había 51 hechos científicos incontrovertibles que demostraban que la Biblia no tenía valor. Hoy no hay ningún científico respetable sobre la Tierra que crea tan sólo uno de esos 51 hechos.
¡La Palabra de Dios no cambia! Aquí algunos ejemplos: La Tierra está suspendida en el espacio. Uno de los hechos científicos fundamentales, que  aceptamos hoy como verdadero, es que el planeta Tierra está suspendido en el espacio. Las culturas antiguas no siempre fueron conscientes de esto.
Los antiguos egipcios solían creer que la Tierra era sostenida por pilares. Los griegos creían que un gigante llamado Atlas cargaba el mundo en su espalda. Y los hindúes creían que la Tierra descansaba en los lomos de gigantescos elefantes.
Job habló del Señor diciendo: «Él despliega el norte sobre el vacío y suspende la tierra sobre la nada«(Job 26.7). Es probable que el libro de Job sea la pieza literaria más antigua conocida por el hombre. ¿Cómo supo él que la Tierra se suspendía en el espacio? Sólo pudo saberlo por inspiración divina. La Biblia dice en 2 Timoteo 3.16 que: “Toda la Escritura es inspirada por Dios”.
Esta es una enorme verdad en la que pocos o muy pocos han prestado debida atención, sobre todo aquellos que no simpatizan demasiado con las revelaciones del Espíritu Santo y prefieren adjudicarlo todo al estudio intelectual de las Escrituras.
Isaías, en el año 750 a. de J.C., dijo: «Él [Dios] es el que está sentado sobre el círculo de la tierra…» (Isaías 40.22). La palabra círculo en hebreo es jug, que significa «globo o esfera».
¿Cómo supo Job que Dios había colgado la Tierra de nada? ¿Cómo supo Isaías, 750 años antes de Cristo que la Tierra era redonda? “… los hombres hablaron de parte de Dios siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2 Pedro 1.21).

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