LO
QUE DEBEMOS CONOCER
La
ciencia está cambiando.
La
Biblia se evidencia como la Palabra de Dios debido a su exactitud científica La
exactitud científica confirma a la Biblia como la Palabra de Dios. Este primer
concepto es el que usan con más frecuencia para rebatir la Biblia aquellos que
niegan su veracidad.
Normalmente
se asume que, obviamente, la Biblia debe tener errores científicos.
Sin
embargo, antes de afirmar eso, deberíamos asegurarnos de conocer dos cosas: la
ciencia y la Biblia.
A
menudo los que afirman que hay errores científicos en la Biblia no entienden
con claridad ninguna de estas dos cosas. Y quienes entienden la ciencia deben
admitir que está en un constante estado de flujo, cambiante. La ciencia que
ayer era aceptada, no necesariamente es la ciencia de hoy.
Se
ha estimado que la biblioteca de Louvre en París tiene cinco kilómetros y medio
de libros de ciencia, cuya mayoría son obsoletos. En 1861, la Academia Francesa
de Ciencia escribió un folleto declarando que había 51 hechos científicos
incontrovertibles que demostraban que la Biblia no tenía valor. Hoy no hay
ningún científico respetable sobre la Tierra que crea tan sólo uno de esos 51
hechos.
¡La
Palabra de Dios no cambia! Aquí algunos ejemplos: La Tierra está suspendida en
el espacio. Uno de los hechos científicos fundamentales, que aceptamos hoy como verdadero, es que el
planeta Tierra está suspendido en el espacio. Las culturas antiguas no siempre
fueron conscientes de esto.
Los
antiguos egipcios solían creer que la Tierra era sostenida por pilares. Los
griegos creían que un gigante llamado Atlas cargaba el mundo en su espalda. Y
los hindúes creían que la Tierra descansaba en los lomos de gigantescos
elefantes.
Job
habló del Señor diciendo: «Él despliega el norte sobre el vacío y suspende
la tierra sobre la nada«(Job 26.7). Es probable que el libro de Job sea la
pieza literaria más antigua conocida por el hombre. ¿Cómo supo él que la Tierra
se suspendía en el espacio? Sólo pudo saberlo por inspiración divina. La Biblia
dice en 2 Timoteo 3.16 que: “Toda la Escritura es inspirada por Dios”.
Esta
es una enorme verdad en la que pocos o muy pocos han prestado debida atención,
sobre todo aquellos que no simpatizan demasiado con las revelaciones del
Espíritu Santo y prefieren adjudicarlo todo al estudio intelectual de las
Escrituras.
Isaías,
en el año 750 a. de J.C., dijo: «Él [Dios] es el que está
sentado sobre el círculo de la tierra…» (Isaías 40.22). La palabra círculo
en hebreo es jug, que significa «globo o esfera».
¿Cómo
supo Job que Dios había colgado la Tierra de nada? ¿Cómo supo Isaías, 750 años
antes de Cristo que la Tierra era redonda? “… los hombres hablaron de
parte de Dios siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2 Pedro 1.21).
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