LO
QUE DEBEMOS CONOCER
Necesitamos
ser llenos del Espíritu en la lucha diaria
Pablo
habla en Efesios 6.12 sobre la vida llena del Espíritu. Él dice: “porque
nuestra lucha no es contra sangre ni carne, sino contra principados, contra
autoridades, contra los gobernantes de estas tinieblas, contra espíritus de
maldad en los lugares celestiales”.
Estamos
en una batalla y esa batalla es una guerra espiritual. No estamos luchando
contra sangre y carne.
Nuestro
enemigo no es el Ministerio de Hacienda, ni nuestros suegros, ni los políticos,
tampoco nuestro vecino ni nuestro jefe.
El
diablo es nuestro enemigo. Por consiguiente, es una guerra espiritual, y a
menos que estemos llenos del Espíritu Santo, vamos a perderla.
El
diablo se ríe de nuestros esquemas, se burla de nuestras organizaciones,
ridiculiza nuestras buenas intenciones, pero él teme al Espíritu de Dios en un
cristiano santo. Así que en nuestra lucha diaria, necesitamos ser lleno del
Espíritu de Dios.
Ser
lleno del Espíritu implica un compromiso completo y continuo, y un clamor
consciente. Es asunto de llenura y no de sentimientos.
Por
fe digamos: «Señor, toma el control de mi vida». Recordemos que Dios desea
llenarlo y ha prometido hacerlo.
Jesús
dijo acerca del Espíritu Santo: «…Si alguno tiene sed, venga a mí y
beba» (Juan 7.37).
Muchos
cristianos, por alguna razón, fallan en apropiarse de lo que nuestro Señor ha
ofrecido a sus hijos. Debemos, por medio de la fe, clamar a Dios para que nos
ayude a poder vivir una vida llena del Espíritu; esto es mucho más que
solamente reconocer nuestra propia necesidad y lo maravillosa que es la vida
bajo la dirección del Espíritu de Dios.
Dios
les bendiga abundantemente.
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