UN MOMENTO CON DIOS
Hermosos para Dios
“… «¿Qué es el hombre para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre para que lo visites?»” (Salmo 8. 4)
Cuando una joven empieza a
salir con su novio, intenta mantenerse delgada y vestirse con elegancia,
pensando que así, él la verá más atractiva. Después de todo, es lo que
aconsejan todas las revistas femeninas. Pero mucho tiempo después, descubre lo
que su novio pensaba en realidad: «Me gustabas igual cuando pesabas más y
no te preocupaba cómo vestirte». Ahí recién nos damos cuenta cuán
subjetiva es la «belleza».
Con facilidad, los demás
influyen en nuestra perspectiva sobre la belleza; y a menudo, nos concentramos
en lo externo, olvidando el valor de la belleza interior. Pero Dios nos ve de
una sola manera: como Sus hijos hermosos y amados.
Pensemos que cuando Dios creó
el mundo, dejó lo mejor para el final: ¡a nosotros! Todo lo que creó fue bueno,
pero nosotros tenemos un agregado especial porque fuimos hechos a la
imagen de Dios (Génesis 1. 27)
¡Dios nos considera hermosos,
y nos ha coronado de gloria y de honra! (Salmo 8. 5).
Con razón el salmista quedó
asombrado al comparar la grandeza de la naturaleza con los seres humanos, y
preguntó: «¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el
hijo del hombre, para que lo visites?» (v. 4)
Esta verdad nos da una razón más para alabar al Señor (v.
9). No importa qué piensen o pensemos de nosotros mismos: para Dios, somos hermosos.
Dios les bendiga abundantemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario