jueves, 19 de noviembre de 2020

Tiempo... Proverbios 19. 3

 


TIEMPO DE REFLEXIÓN

 

“La insensatez del hombre pervierte su camino, y su corazón se irrita contra el Señor”. Proverbios 19. 3.

 

Todos nosotros conocemos a alguien que ha destruido su vida por la insensatez personal. Es sin duda muy obvio. En nuestros momentos de depresión, podemos reconocer la verdad de este proverbio en nuestras vidas, pero quizás lo que no entendemos es la profundidad de la insensatez.

Para una mejor comprensión de lo que encierra la insensatez, necesitamos ir por un momento a la forma en que fue expresada la insensatez en el hebreo.

Esta palabra Insensatez en hebreo es: “iwwelet” de “Ewil”. Esta palabra no describe simplemente la estupidez (aunque sinceramente el insensato es realmente estúpido).

Esta palabra está íntimamente con la perversión moral. Mi cociente intelectual no tiene mucho que con insensatez. Dios se enfoca en mi Cociente moral.

Dios me dice que declinar en mi Cociente moral me guía directamente a una vida torcida y eso literalmente me lleva a la ruina.

Esta clase de vida es difícil ser enderezada y no llega a larga ser buena para nada más que para ser un montón de metales sin valor. Para que esos metales sean otra vez útiles tendrán que ser estrujados, aplastados y reciclados para que puedan ser enderezados.

Como arruinamos  nuestra vida es a la larga un asunto de gusto personal. Pero, no siempre es obvio. No siempre tiene que ver con sexo, drogas, dinero o poder.

Algunas veces nuestra perversión moral esta en goces más escondidos. Otras veces es solo de nuestro deseo egoísta de controlar o el placer que tenemos en una imagen externa personal. Y algunas veces es solo nuestra preocupación por el éxito o la incapacidad de dar sin obtener de vuelta o los temores secretos que guardamos internamente bajo llave.

Hay muchas clases de perversiones morales, suficiente para que cada uno de nosotros tengamos un poco de ellos guardados en nuestro pequeño depósito privado.

Cuando hacemos un inventario personal sin temores y da una mirada profunda a los estantes de nuestro lado oscuro, podremos descubrir algunos “iwwelet” (perversiones) detrás de la puerta del closet que muy confortablemente dejamos encerrados.

Supongamos que toda la conducta de nuestra vida fuera revelada en un documental en la televisión. ¿Seríamos capaces de ver ese documental sin sentir vergüenza?

¿Estaríamos dispuestos a sentarnos en el sofá de la sala con nuestros amigos y familia mientras cada acto de nuestra vida es expuesto claramente?

Es muy probable que necesitemos prestar más atención al cociente moral de nuestra vida que a nuestro cociente Intelectual. Si no lo hacemos, adquiriremos “asuntos de gusto” que nos guiaran directamente a una existencia torcida. Y hoy, no es día de vivir en asuntos de gusto, más si en la voluntad de Dios.

Dios les bendiga abundantemente.

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