domingo, 22 de noviembre de 2020

Tiempo... Hebros 11. 7

 


TIEMPO DE REFLEXIÓN

 

“Por la fe Noé, advertido sobre cosas que aún no se veían, con temor reverente construyó un arca para salvar a su familia. Por esa fe condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia que viene por la fe”.  Hebreos 11. 7.

 

Ciento veinte años predicando, para que nadie se convierta. No hay duda, como evangelista, Noé era un buen carpintero.

Absolutamente nadie, fuera de los miembros de su familia directa (esposa, hijos y nueras) entró en el arca. Si Noé hubiera tenido un administrador humano en su “empresa espiritual”, seguramente habría sido despedido.

Podremos decir, que muchos hombres de Dios creyeron en la predicación de Noé, ayudaron en la construcción del arca y murieron antes de que el diluvio comenzara. Pero, ante los resultados fríos, cuando llegó el diluvio, en el arca solo entraron él y su familia.

Un desastre. ¿Un desastre? ¿Cuánto tiempo estaríamos dispuestos a predicar para que una persona que amamos acepte a Cristo y a su salvación? La historia de Noé es un ejemplo de la preocupación que Dios tiene por la familia. Tanto trabajo para que se salve solo una familia. Pero Dios ordenó que el trabajo se realice. Todas las esperanzas divinas están cifradas en la familia.

Todas las esperanzas de Dios están cifradas en la familia. Y, diciéndolo del modo más claro posible, todas las esperanzas de Dios están centradas en cada una de nuestras familias.

Debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que nuestra familia  alcance la salvación. La mejor forma de hacerlo es orar cada día y pedir a Dios que nos muestre el camino a recorrer durante ese día. Si Él quiere que los resultados se vean de aquí a ciento veinte años, sigamos orando, sigamos clamando, sigamos pidiendo, sigamos trabajando.

Nuestra familia merece todo ese esfuerzo, y más. No tengamos dudas, Dios quiere darnos la alegría de una familia salva. No hay arca. No hay animales. Pero, sigue habiendo entrega humana y dirección divina, para que las cosas salgan de acuerdo con los planes del Cielo, que siempre son mejores que los nuestros.

Dios les bendiga abundantemente.

 

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