viernes, 30 de octubre de 2020

Tiempo... Hebreos 11. 13 - 16

 


TIEMPO DE REFLEXIÓN

 

“Conforme a la fe murieron todos estos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. Porque lo que esto dice, claramente dan a entender que buscan una patria; pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. Pero anhelaban una mejor; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos, porque les ha preparado una ciudad”.  Hebreos 11. 13 - 16.

 

No debemos caminar con desconfianza, debilidad e inconsistencia. Con nuestros ojos puestos en el Señor, debemos caminar con la frente en alto.

Si, como los héroes de Hebreos 11, los cuales aunque no recibieron todo lo prometido acá en la tierra recibieron más de lo prometido en el cielo.

Pero, mientras caminaron en la tierra ellos lo hicieron con la frente en alto, porque sabían que habían creído en el único y verdadero Dios. Su fe no fue un puente entre ellos y lo que ellos esperaban que Dios hiciera,  sino un puente entre ellos y Dios mismo.

El libro de Hebreos 11. 13 - 16, dice que mientras caminaron en la tierra ellos mantuvieron en su corazón seis cosas sólidas, firmes y profundas en relación a lo prometido por Dios. 

Primero: Lo creyeron. Segundo: Lo Saludaron. Tercero: Lo confesaron. Cuarto: Lo demostraron. Quinto lo Pensaron y Sexto: lo anhelaron. Que gran ejemplo para nosotros hoy.

Si queremos caminar hoy con la frente en alto, necesitamos mantener estas seis cosas en lo profundo de nuestro ser en relación a las promesas de Dios para nosotros.

Necesitamos primero creerlo y esto es estar persuadido y convencido de lo que Dios ha prometido. Luego, Saludar las promesas es como abrazarlas, como abrazaríamos un ser querido y hacerlas parte de nosotros.  Luego, Confesarlas con nuestra boca. Confesar es decir lo mismo que Dios ha dicho. Después, demostrarlo con nuestra vida. De nada nos sirve confesarlo si con nuestra manera de vivir decimos otra cosa. 

Debemos vivir acorde con lo que confesamos con nuestros labios. Entonces estaremos preparados para pensarlo. SÍ cuando lo creemos, lo abrazamos, lo confesamos y lo demostramos con nuestra vida, entonces lo podremos pensar; lo que pensamos termina formando nuestra vida. Y finalmente lo anhelaremos. El anhelo es el deseo profundo de nuestra alma.

Cuando los hombres y mujeres de Hebreos 11 mantuvieron estas seis cosas en su corazón, entonces el versículo 16 dice que Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos. Debemos desear que Dios hoy no se avergüence de llamarse nuestro Dios.

Esos hombres y mujeres de Hebreos 11, impactan nuestra vida, porque supieron caminar con fidelidad y certeza. Ellos creyeron tus promesas, las saludaron, las confesaron, las demostraron, las pensaron y las anhelaron. Esta es la mejor lección para nosotros vida hoy.

Dios les bendiga abundantemente.

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