sábado, 4 de mayo de 2024

Un momento... Soluciones Divinas

 


UN MOMENTO CON DIOS

Soluciones Divinas

 

 “respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor que lo quite de mí. Me ha dicho: «Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad.» Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en insultos, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte." (2 Corintios 12. 8 – 10)

 

Todos hemos experimentado penurias en algún momento de nuestra vida. Problemas con amistades, alguna muerte en la familia, mala salud o dificultades económicas son algunas de las mayores. Algunas personas han pasado por todas estas dificultades y muchas más. Nuestros esfuerzos por controlar nuestra propia vida, eliminar los desafíos, a menudo terminan en un fracaso total. Necesitamos una solución divina.

Las Escrituras nos dicen que Dios se convierte en todo lo que necesitamos cuando nos sometemos a ÉL. Pero nunca podremos entender la sumisión total hasta que experimentemos las penurias. Dios no está interesado en las soluciones humanas, ÉL quiere que experimentemos una solución divina. Cuando leemos 2 Corintios 12, vemos como Pablo comprendió su necesidad de confiar totalmente en el generoso favor de Dios.

¿Estamos listo para experimentar una solución divina? Puede que no sea el camino que elegiríamos, pero nos ayudaría a aprender lo que es la paciencia. Una solución divina glorificará a Dios y nos acercará más a la meta que ÉL tiene para nosotros.

En lo que respecta a Pablo, el «aguijón» en su carne nunca le fue quitado. Aunque el apóstol oró por ello, Dios proveyó una respuesta que permitió que Su gloria se mostrara a través de la debilidad de Pablo. El cambio principal no se dio en la situación de Pablo; se dio en su actitud. Él se dio cuenta de que necesitaba someterse a Aquel que lo controla todo. Comenzó a alardear de su debilidad y al hacerlo, se hizo «fuerte».

Al considerar la situación en que nos encontramos, ¿acaso vemos sólo una solución? ¿Acaso sólo queremos que nos quiten el aguijón? Puede que Dios tenga otros planes. Dejemos de aferrarnos a nuestras propias soluciones, busquemos entender lo que no podemos cambiar, y oremos por la solución divina de Dios.

Dios les bendiga abundantemente.

 

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