UN MOMENTO CON DIOS
Las
circunstancias
“He aprendido a contentarme, cualquiera sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad”. (Filipenses 4. 11 – 12)
Eso es precisamente lo que el
mundo trata de enseñarnos; se ha puesto muy de moda por los diferentes
«expertos» en analizar la vida de las personas y encontrar justificación a los
diferentes problemas de personalidad que presentan las personas: déficit
atencional, homosexualidad, drogadicción, machismo, prostitución, adulterio,
etc., haciendo ver que muchas de las personas que padecen esos «problemas» son
así por causa de las circunstancias. Si las circunstancias hacen de nosotros lo
que somos, entonces todos somos víctimas de las circunstancias.
La verdad es que las circunstancias
no hacen de nosotros lo que somos. Ellas meramente revelan lo que somos. El
mundo quiere convencernos de que la única manera de ser diferentes es si
cambian nuestras circunstancias. Pero Dios dice que somos responsables
– no de los fracasos de otros, sino de nuestras propias reacciones,
decisiones y de nuestras propias vidas.
El apóstol Pablo aprendió que
podía regocijarse y estar contento y dando frutos en cualquier circunstancia,
porque su gozo y bienestar no dependían de sus circunstancias sino del amor y
fidelidad de Dios y la condición de su relación con Dios. Por eso es que él
pudo decir: “He aprendido a contentarme, cualquiera sea
mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo
estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener
abundancia como para padecer necesidad”. (Filipenses 4. 11 – 12)
Pablo entendió que puede ser
que no podamos controlar nuestras circunstancias, pero nuestras circunstancias
no tienen que controlarnos a nosotros.
La verdad es que podemos
confiar en un Dios sabio, amoroso y soberano para que controle cada
circunstancia en nuestras vidas. El gozo, la paz, y la estabilidad vienen de
creer que cada circunstancia que toca nuestras vidas ha sido primero filtrada a
través de sus dedos de amor y es parte de un grande y eterno plan el cual Él
está forjando en este mundo y en nuestras vidas.
Dios les bendiga abundantemente.
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