UN MOMENTO CON DIOS
Podemos dormir en paz
“En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque solo tú, Señor, me harás estar confiado”. (Salmo 4. 89)
Cuando realmente hemos puesto
toda nuestra confianza en Dios y hemos aceptado vivir como ÉL lo espera de
nosotros, recibimos la recompensa inmediata de disfrutar de un sueño apacible.
Esto es algo que no se debe despreciar pues según estudios realizados años
atrás por la Fundación Nacional del Sueño, 58% de los adultos de los Estados
Unidos han experimentado síntomas de insomnio unas pocas veces a la semana o
más. Entre las causas o factores que más inciden en el problema para conseguir
y mantener el sueño están la depresión y el estrés.
Cuando dependemos de Dios y entendemos
que todas nuestras ansiedades pueden ser llevadas ante Su trono de gracia para
que ÉL se encargue de ellas, la presión y la incertidumbre disminuyen
permitiéndonos disfrutar de un dulce sueño. Pero vivimos vidas agitadas y
usualmente nos apoyamos en nuestras propias fuerzas que en realidad son más
bien debilidades. El resultado de todo esto es un sueño de mala calidad.
Con la tranquilidad que nos
produce saber que tenemos alguien que nunca nos defraudará y en quien se puede
confiar todo el tiempo y bajo toda circunstancia, se reduce el nivel de
ansiedad que normalmente nos mantiene agitados e inquietos.
Si tenemos problemas con el
sueño recordemos que debemos depositar toda nuestra ansiedad en Jesucristo
porque ÉL cuida de nosotros. Nadie puede darnos la paz que sólo ÉL puede dar,
la paz que el mundo no conoce ni podrá conocer hasta que se coloque bajo la
cobertura de Dios.
¿Hemos tenido problemas para
conciliar o mantener el sueño? Apoyémonos en las promesas del Señor Jesús y
pronto estaremos durmiendo como un lirón. “En paz me acostaré”, expresa el
salmista. Teniendo paz con Dios estamos en condiciones de tener paz con
nosotros mismos y también con las personas con las que nos
relacionamos.
¿De dónde viene la seguridad?
De Dios de Sus promesas divinas. Dios promete que nunca nos abandonará, aún en
las circunstancias más difíciles por las cuales tengamos que pasar. Nuestra
confianza en Dios nos hará sentirnos seguros en ÉL.
Dios les bendiga abundantemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario