jueves, 23 de mayo de 2024

Un momento... La maldad será quitada

 

UN MOMENTO CON DIOS

La maldad será quitada

 

“Entonces el lobo y el cordero vivirán en paz, el tigre y el cabrito descansarán juntos, el becerro y el león crecerán uno al lado del otro, y se dejarán guiar por un niño pequeño. La vaca y la osa serán amigas, y sus crías descansarán juntas. El león comerá pasto, como el buey. El niño podrá jugar en el hoyo de la cobra, podrá meter la mano en el nido de la víbora. En todo mi monte santo no habrá quien haga ningún daño, porque así como el agua llena el mar, así el conocimiento del Señor llenará todo el país. En ese tiempo el retoño de esta raíz que es Jesé se levantará como una señal para los pueblos; las naciones irán en su busca, y el sitio en que esté será glorioso”. (Isaías 11. 6 – 10)



Isaías anuncia una época de oro, un tiempo de paz donde los niños podrán jugar con animales que antes eran peligrosos. Todo esto no se cumplió con la primera venida de Cristo. Por ejemplo, la naturaleza no ha vuelto a su balance y armonía originales. Esta paz perfecta solo será posible cuando Cristo reine sobre la tierra. 
Habrá gran paz y quietud bajo su reinado. El evangelio cambia la naturaleza y hace que los mismos que pisoteaban a los mansos de la tierra, sean mansos como ellos y amables con ellos. Pero esto se mostrará más plenamente en los últimos días. También Cristo, el gran Pastor, cuidará de su rebaño, para que la naturaleza de los problemas y de la muerte misma, sea cambiada, para que no hagan ningún daño real. El pueblo de Dios será liberado no sólo del mal sino del temor al mal. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? Mientras mejor conocemos al Dios de amor, más seremos cambiados en su misma semejanza y mejor dispuestos hacia todos los que tienen alguna semejanza con Él. Este conocimiento se extenderá como el mar, tan lejos será difundido. 
De este bendito poder, ha habido testigos en toda época del cristianismo, aunque su tiempo más glorioso, aquí anunciado, aún no ha llegado. Mientras tanto, apuntemos a que nuestro ejemplo y esfuerzo, pueda ayudar al progreso de la honra de Cristo y de su reino de paz.
Sin embargo, la interpretación más probable, es que acaso se trate de un cambio literal, en las relaciones de los animales con el hombre, y entre los mismos animales, restaurándose así el estado de cosas que existía en el Edén, esto describe la restitución al hombre, en la persona del “Hijo del Hombre”, del dominio perdido, sobre el reino animal, para el cual había sido designado como mayordomo de parte de Dios.
Hoy a 700 años de esta profecía, y viendo el desarrollo de los acontecimientos, que tristemente nos acompañan cada día, en las noticias publicadas, por los distintos medios de comunicación, parece poco probable su cumplimiento, como debiera parecer en ese momento.
Sin embargo, vemos que toda la humanidad fue sacudida y transformada con la primera venida de Cristo, a través de su muerte y posterior resurrección. De la misma manera, esperamos que este anuncio dado en el mismo contexto del anuncio del Mesías, se transforme en el broche de oro, de la obra de Cristo, alcanzando con su obra redentora de la cruz a toda la creación. Además, que la paz y transformación interior, que gozamos los hijos de Dios, llegue también a todo el resto de los seres vivos, para restaurar así, todo, como era la vida en un principio antes de la caída del hombre en pecado.
Estamos muy cerca del cumplimiento de todo esto, solo nos resta, ayudar a que muchos se vuelvan de corazón a Dios, para que también ellos, sean testigos de este milagro maravilloso, preparado por Dios, para bendecir toda su creación.

Dios les bendiga abundantemente.



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