TIEMPO
DE REFLEXIÓN
“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”. Filipenses 4.19.
La
sociedad actual vive en un tiempo de incertidumbre, muchos tiene miedo a perder
su trabajo y no poder mantener su familia.
Viven
contando los días del mes porque no llegan con sus salarios a cubrir sus
gastos.
Y
vemos que muchos creyentes han caído en esa vorágine del mundo, preocupándose y
quejándose con los gobiernos de turno ante la economía que llevan.
Pero
veamos que dice DIOS en Su palabra sobre este tema.
“Joven fui, y he envejecido, y no he visto a
justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan”.
Salmo
37.25.
“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta
conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”. Filipenses 4.19.
DIOS
es nuestro proveedor, sus riquezas no se agotan, para Él no existe la deuda
externa ni la interna.
Pero
hay una parte muy importante que nos toca es entregar esa área de nuestra vida
que tanto nos cuesta que es la economía. Creemos que la espiritualidad no pasa
por esa área, que podemos hacer nuestros negocios y gastar el dinero que
ganamos como queremos, total es nuestro.
No
debemos esperar meternos en problemas económicos para entonces pedir auxilio al
Señor, debemos entregar a DIOS nuestras finanzas, nuestros salarios y proyectos
y pedir que ÉL nos guie a lo mejor.
Vivimos
en una sociedad consumista, el espíritu de consumismo está a la puerta de cada
cristiano tentándolo con el mejor coche, la mejor ropa, la mejor casa, o viajes.
Y no es que DIOS no quiere lo mejor para sus hijos, pero hay un tiempo para
cada cosa, debemos ser buenos administradores.
La
felicidad no está en lo material que tenemos.
Podemos
confiar en que DIOS suplirá siempre nuestras necesidades. Él nos proveerá todo
lo que necesitemos en esta tierra. Sin embargo, debemos recordar la diferencia
entre nuestros deseos y nuestras necesidades. La mayoría de la gente quiere
sentirse bien evitando el dolor y la incomodidad. Puede que no recibamos todo
lo que deseamos.
Al
confiar en Cristo, nuestras actitudes y apetitos pueden cambiar de desear todo
a aceptar su provisión y poder vivir para por El.
Tenemos
un DIOS que es amor, conoce todos los corazones de cada uno de nosotros, sabe
cuáles son nuestras intenciones, así como dice que no está nuestra palabra en
nuestra boca, pero Él ya la sabe, es decir conoce nuestros pensamientos.
DIOS
no se olvida de sus hijos, hemos escuchado miles de testimonios y lo hemos
visto en nuestras propias vidas, por lo que de ello podemos estar más que
seguros.
Dios les bendiga abundantemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario