TIEMPO
DE REFLEXIÓN
"En tu misericordia, oh Dios, hemos meditado, en medio de tu templo." Salmo 48. 9.
La
vida ofrece circunstancias que nos llevan a meditar y reflexionar, cada
problema, cada situación difícil, cada adversidad nos abre la puerta hacia la
posibilidad de pararnos y pensar sobre nosotros mismos, sobre nuestra vida. Por
esto se ha vuelto tan popular prácticas como el yoga y algunas otras prácticas
orientales. La pena de esto es donde está el enfoque, todas estas formas de
meditar se basan en la autosatisfacción, en la paz interior, en la búsqueda de
un nivel espiritual que sea superior al normal, todo basándose en nosotros
mismos y esto sin duda es un grave error.
La
meditación no solo es buena, es totalmente necesaria, pero enfocada de la manera
correcta, mirando al sitio indicado y sin duda el salmista sabía cuál era el
mejor sitio "en tu misericordia, oh Dios, hemos meditado, en medio de tu
templo."
La
meditación efectiva y duradera es aquella que se basa en DIOS, ahí es donde
encontramos realmente el éxito de detenernos y pensar.
Es
más, tanto es así que en la Biblia, sobre todo en los salmos, encontramos la
palabra Selah, que en español quiere decir "detente y medita".
La
meditación es buena con el enfoque correcto, reflexionar sobre nosotros mismos
buscando aumentar nuestra espiritualidad nos conducirá sin ninguna duda al
fracaso, ya que es imposible que el ser humano cambie su corazón
desviado, es imposible por nuestras fuerzas soportar la presión y el deseo de
nuestro corazón a hacer lo malo, no podremos nunca conseguir cambiar nuestra
tendencia natural.
Pero
meditar en la misericordia de DIOS pone cada cosa en su lugar, pone a DIOS en
el cielo, con su gloria, su majestad, su santidad, su poder, su justicia a
vista de todos y al hombre en la tierra, con su miseria, su pecado, su maldad,
su tendencia hacia lo malo y su incapacidad de acercarse a DIOS.
Ante
esta realidad vemos la necesidad de reflexionar, pero hacerlo a través de DIOS,
a través de sus atributos y entonces es ahí, al contemplar un DIOS tan grande
que vemos la gran misericordia que ha tenido por nosotros, que inmerecidamente
nos ha dado salvación, esto produce un quebrantamiento interno por nuestras
ofensas y es por medio de este dolor de haber ofendido a DIOS que podemos
crecer espiritualmente, es a través de conocer su gracia y de experimentarla
que podemos vivir con paz, que podemos tener tranquilidad interior, que
empezamos a interesarnos por la santidad y DIOS tuerce nuestro corazón hacia el
bien.
Meditar
en la misericordia de DIOS, no hay nada tan grande y tan maravilloso como esto.
Vemos
la vida de una manera diferente, caminamos, trabajamos de manera diferente, aún
nuestro diario trabajo cobra un significado diferente, nuestros afectos cobran
un significado diferente.
Entendemos el propósito de la vida, por lo tanto ya no nos sentimos inquietos
ni agitados.
Cada día viviremos diversos cambios, que nos harán una mejor persona, un ser
humano íntegro y un cristiano constante en el camino del Señor.
Dios
les bendiga abundantemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario