TIEMPO DE REFLEXIÓN
“Más él conoce mi camino; Me
probará, y saldré como oro”. Job 23.10
Cada vez que Dios nos quiera
llevar a un nuevo nivel de vida tendremos que atravesar pruebas. Las pruebas no
son opcionales.
Ellas son las que forman
nuestro carácter, personalidad y forma de ser. No nos podemos rendir ante una
prueba, Debemos rendirnos ante el Dios que nos puso esa prueba.
¿Será que la prueba que estamos
pasando es el fin de todo? o simplemente el comienzo de una nueva etapa a la
que Dios nos está llevando?
Quien prolonga o disminuye
el tiempo de prueba somos nosotros, es decir, si somos sensibles y no nos
cuesta aprender Dios nos pasará al siguiente nivel pero, si por el contrario
somos duros e inflexibles a lo que Dios nos está tratando de hacer entender
extenderemos ese tiempo tal vez a meses o años.
Dios estaba tratando de
llevar a Job a un nivel de vida mucho más superior que el que había vivido pero
para ello tenía que ser probado, y la forma a través de la cual Dios lo hizo
fue quitándole todo y dejándolo prácticamente sin nada.
Lo más impresionante es que
Job tenia presente que la prueba no era más fuerte que el Dios que se la había
puesto.
Nada de lo que estamos
atravesando es más poderoso que el Dios Todopoderoso que está dentro de nosotros.
Dios hoy está buscando a
gente que cuando sea probada no mire atrás, no se queje y no le eche la culpa a
los demás de lo que está viviendo.
La fe que tenemos es
revelada cuando somos probados, es decir, el tamaño de nuestra fe determina el
tamaño de nuestra resistencia ante la prueba.
Las adversidades acrecientan
nuestra fe, nuestra paciencia y nuestra dependencia de Dios. No nos rindamos
ante la prueba.
Dios les bendiga
abundantemente.
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