domingo, 26 de enero de 2020

Tiempo... Isaías 46. 9 - 10



TIEMPO DE REFLEXIÓN

“Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero.”  Isaías 46. 9 – 10


Nos angustiamos por el futuro, queremos controlar de tal forma nuestra vida, intentando que nuestro futuro sea lo mejor posible, pero sólo Dios tiene el control de lo que pasará mañana. Muchas personas que no conocen a Dios acuden a la adivinación y a consultar agoreros para que les anticipen el futuro, para que les aconsejen qué decisión deben tomar. Otros simplemente luchan desesperadamente buscando el futuro que se imaginan.
Sólo el Dios de la Biblia sabe lo porvenir. Mucho antes de que sucedieran las cosas presentes, Él ya se había anticipado y anunciado con miles de años en su Palabra, el futuro que tendrá el mundo.
(Daniel 2.28, 11 - 12, Apocalipsis 18 - 21, Isaías 60).
Pero lo más sorprendente es que también conoce y tiene un plan particular lleno de esperanza y bendiciones para cada uno de nosotros. Él nos enseña que si confiamos en sus promesas y en la sabiduría de sus palabras, ciertamente tendremos un futuro cierto.
(Jeremías 29.11, Proverbios 24.13 - 14).
Él predeterminó un plan maravilloso de salvación para nosotros, por medio de su hijo amado Jesús, y a través de Él nos ha hecho herederos e hijos con un futuro y una esperanza cierta e inconmovible. (Hechos 2:23).
Debemos por tanto, confiar en Dios plenamente, poner bajo su control toda nuestra vida, saber que nuestro futuro está asegurado si confiamos en Él y si basamos nuestra esperanza en sus promesas, no en nuestra propia fuerza o capacidad.
El futuro no está en nuestras manos, sino en sus manos. Depender de Dios es colocar nuestro futuro en sus manos, no depender de Él significa seguir luchando buscando un futuro sin tener en cuenta su guía.
Recordemos que Dios cumple sus planes y propósitos, porque su consejo permanecerá para siempre, y los pensamientos de su corazón por todas las generaciones. (Salmos 33.11).
Dios les bendiga abundantemente.

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