TIEMPO DE REFLEXIÓN
“Engañoso es el corazón más
que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?”
Jeremías 17. 9
Con frecuencia nos agrada
hacer nuestra voluntad, seguir nuestros pensamientos y llevar a cabo nuestros
propios planes. Pero el corazón del hombre es engañoso dice el profeta
Jeremías. (Jeremías 17.9).
Nuestro propio consejo puede
parecer sabio ante nuestros propios ojos, pero nuestra visión es limitada, y
fácilmente nos acomodamos a los criterios de un mundo relativo en decadencia.
Hoy a lo bueno se le llama
malo y a lo malo se le llama bueno, todo depende del cristal con que se mire.
Pues la única persona que puede diferenciar correctamente entre lo bueno y lo
malo es Dios, puesto que es Dios el juez sobre todas las cosas.
Él es la persona que tiene
un punto de vista superior a todos, y nos dice que sus pensamientos son
superiores a los nuestros y su forma de actuar es superior a la nuestra, y Él
es quien nos llama para enderezar lo torcido de nuestra vida.
Este Juez Sabio y bondadoso
es quien nos invita a confiar plenamente en Él, y nos llama a conocer su
Palabra y a actuar en fe conforme a sus instrucciones. Nuestro camino será
derecho cuando obedezcamos lo que Él nos ordena, cuando aceptemos su guía y nos
despojemos de nuestro orgullo y autosuficiencia.
Confiemos en Dios,
reconozcámosle en cada aspecto de nuestra vida, pongamos nuestros ojos en
Jesús, como el máximo ejemplo y que podamos decir: Que no se haga mi voluntad
sino tu voluntad Padre.
Dios les bendiga
abundantemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario