TIEMPO DE REFLEXIÓN
“Pero Dios, habiendo pasado
por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en
todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual
juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a
todos con haberle levantado de los muertos.” Hechos 17. 30 – 31
Por su ignorancia hacia
Dios, el hombre ha caído en su propia trampa, va camino a la autodestrucción,
creyendo sabio su propio entendimiento, ha dejado de buscar a Dios, de
reconocerlo como fuente fundamental de vida y sustento de todas las cosas con
la Palabra de su boca.
Por lo tanto se ha hecho
necio, pues si alguien quiere hacerse sabio y demostrar su inteligencia que la
demuestre como dice el proverbio: “obedeciendo a Dios y conociéndolo.”
(Proverbios 9.10).
Dios se ha revelado claramente por medio de Jesucristo, sin intención que nadie perezca en su propia ignorancia, sino que todos por medio del conocimiento de Cristo, esencialmente por la fe en su muerte y resurrección, sean salvados.
Dios se ha revelado claramente por medio de Jesucristo, sin intención que nadie perezca en su propia ignorancia, sino que todos por medio del conocimiento de Cristo, esencialmente por la fe en su muerte y resurrección, sean salvados.
Esta ignorancia sobre Dios
es la causa de todos los males actuales, porque Dios envió el remedio en su
hijo, y juzgará al mundo por medio de Él, cuando revele quiénes lo aceptaron o
quiénes lo rechazaron. (Juan 3.17).
Si somos sabios o
ignorantes, no depende de la multitud de estudios o títulos académicos, que si
bien son importantes para estar preparados para nuestra profesión y para la
gloria de Dios, nuestro conocimiento principal debe ser Cristo mismo, pues Él
es poder y sabiduría de Dios.
(1 Corintios 1.24).
Por tanto, si el
conocimiento de Dios es Cristo mismo, la Palabra hecha carne, y si nuestra
equivocación radica en no conocer la escritura, ni el poder de Dios, (Mateo 22.29),
entonces debemos ir a ellas, buscando con ansias salir de la oscuridad a la luz
y llevando sin egoísmo este conocimiento de Dios a todos, para que por medio de
la fe en Cristo, derrotemos la ignorancia espiritual.
Dios les bendiga
abundantemente.
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