UN
MOMENTO CON DIOS
La
inseguridad
“Mi ayuda vendrá del Señor, creador del cielo y de la tierra.”(Salmo 121. 2)
La
inseguridad es un peligro sutil. Para reconocer este problema en nuestras
vidas, debemos ver honestamente cuál es su origen. Identifiquemos algunas
causas comunes de la falta de confianza.
Primero,
la inseguridad surge de la sensación constante de no ser aceptado. Cuando
crecemos pensando que no le agradamos a nadie, nos convertimos en adultos
tímidos e inseguros.
Segundo,
la tragedia puede originar estos sentimientos: un hogar deshecho, la muerte de
un ser querido, entre otras.
Tercero,
una mala imagen de nuestro cuerpo puede dañar la autoestima. El sobrepeso,
defectos de nacimiento, pérdida del cabello, o cualquier otra cosa que lleve a
las personas a verse a sí mismas con una óptica negativa. El resultado es un
sentimiento de vergüenza que está presente en cada interacción personal.
Cuarto,
las personas inseguras tienen a menudo una historia de haber sido eclipsadas
por otras. Cuando esto sucede, se sienten nerviosas con aquellas que
parecen más inteligentes, más ricas, mejor parecidas, más exitosas, etc. Esto
crea dudas en su capacidad de lograr algo por sí mismas.
Quinto,
un serio “fracaso en la vida” puede dar como resultado una tremenda falta de
autoestima. Debido a que nos volcamos a nuestro trabajo y familia, un fracaso
en estas áreas tiene el potencial de afectar nuestro espíritu.
Si
algunas de estas causas nos suenan familiares, recordemos que éste es un
peligro que puede estar latente durante años antes de explotar de forma
impactante.
¡No
permitamos que la inseguridad siga infectando nuestro corazón por más tiempo!
Traigámosla
a DIOS, quien quiere liberarnos de sus dañinos efectos.
DIOS
es nuestra ayuda y nuestro pronto auxilio en la tribulación.
"Dios es nuestro amparo
y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de
angustia." (Salmos 46. 1)
Todos
los días, no importa las tareas que emprendamos, declaremos y vivamos confiando
que nuestra ayuda, nuestra provisión, nuestro sustento proviene de Dios.
Aún
en medio de las circunstancias más difíciles tenemos que ver a Dios obrando en
nuestro favor, protegiéndonos y librándonos del mal sabiendo que como nos
enseña la Biblia, que: todas las cosas obran para bien para aquellos
que amamos al Señor.
“Y
sabemos que para los que aman a Dios, todas las
cosas cooperan para bien, esto es, para los que son
llamados conforme a su propósito”. (Romanos 8. 28)
Dios
les bendiga abundantemente,
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