UN
MOMENTO CON DIOS
En
dónde ponemos nuestra confianza
"¡Ay de los que van a Egipto a buscar ayuda, de los que confían en los caballos, de los que ponen su confianza en que tienen muchos carros y en que es muy numerosa su caballería, y no vuelven la vista al Dios Santo de Israel, no buscan al Señor!" (Isaías 31. 1)
Debemos decir con dolor que muchas personas dicen ser cristianas pero que en realidad nunca han tenido un encuentro personal con Dios ni le conocen íntimamente. Es probable que hayan tenido un acercamiento, pero no de santificación e intimidad con El.
Nuestra forma de "cristianismo" actual es mediocre para los incrédulos, debido que ellos no ven en nosotros un testimonio vivo y poderoso.
Hablamos
mucho de religión pero demostramos en nosotros poco de la vida de Cristo en el
poder del Espíritu Santo. En determinadas acciones algunos cristianos no se
diferencian de los paganos.
Este
pasaje nos muestra esta triste realidad. El pueblo de Dios, en vez de buscar al
Señor por ayuda, miraba los recursos de los pecadores como alternativa de vida.
Fallaron en buscar ayuda militar en otras naciones.
Confiaban
en el hombre y no en Dios. Judá buscó la protección de los que tenían mucho
menos poder que Dios. Tanto Egipto como Judá caerían como resultado de su
arrogancia.
Servían a sus intereses y no a los de Dios y por lo tanto ni siquiera lo
consultaron. Violaron lo estipulado en Deuteronomio 17. 16
No quisieron pagar el precio de buscar a Dios y de arrepentirse de su vida
pecaminosa. Cuando tenemos problemas, es bueno buscar ayuda, pero nunca
deberíamos pasar por alto a Dios ni las instrucciones que nos dio
anteriormente.
En
el pasaje bíblico, Egipto representa para nosotros el mundo sin Cristo y los
caballos, los carros y los jinetes representan los recursos humanos. Los años
han pasado pero el pueblo de Dios sigue tristemente en esa misma línea de
incredulidad, buscando lo horrible de afuera, cuando tiene todo lo glorioso
adentro del Reino. Hacer esto es un verdadero descenso espiritual.
Nadie
que se dice ser cristiano y busca recursos pecaminosos puede alcanzar una vida
de plenitud espiritual. Nadie que busca ayuda del mundo sin Cristo puede experimentar
intimidad con el Señor.
Si deseamos alcanzar una vida que agrade a Dios, nuestra mirada debe estar puesta
en Jesús pues Él es el Autor y Consumador de nuestra fe.
Debemos
preguntarnos si ¿Nuestros ojos están mirando hacia Egipto o hacia el Señor?
Dios
les bendiga abundantemente.
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