UN
MOMENTO CON DIOS
Estar
firme en la prueba
“Los que confían en Jehová son como el monte de Sion, que no se mueve, sino que permanece para siempre.” (Salmo 125. 1)
Cuando
uno piensa en algo verdaderamente firme o inmovible, lo primero que viene a la mente
es una montaña. Una montaña es firme porque está en un lugar fijo, no se mueve.
Tomaría una fuerza extraordinaria mover un monte.
Este
pasaje dice que aquel que ha puesto su confianza en DIOS es tan firme como
ese monte. Él está fijo en la Palabra de DIOS y tiene seguridad absoluta en el
amor que DIOS tiene para con él.
La
Biblia dice que nada en este mundo puede separarnos del amor de DIOS (Romanos
8. 38, 39). El creer esto, de todo corazón, es uno de los factores que
determinan la firmeza de un creyente.
Otra
clave para estar firme es estar consciente de que no tenemos que hacer nada
para obtener el amor de DIOS. DIOS nos ama no por lo que nosotros hagamos
o dejemos de hacer, ÉL nos ama porque “DIOS es amor”, dice 1 Juan 4. 8.
La
seguridad de que ÉL nos ama incondicionalmente debe mantenerte firme ante
cualquier situación que se presente, mucho más si hemos sido justificado por la
sangre de Cristo.
Pero
algo muy importante que debemos tener en cuenta siempre es que nuestras propias
fuerzas no son suficientes para mantenernos firmes en todas las circunstancias
y resistir los ataques del enemigo.
Quizás
pensemos en un momento determinado que estamos suficientemente firmes para
resistir, pero podemos equivocarnos, y tendremos que sufrir las consecuencias
de la caída. La verdadera firmeza proviene del poder de DIOS, y únicamente en
ÉL debemos fortalecernos.
A
medida que escudriñemos la Palabra de DIOS, meditemos en ella y la pongamos en
práctica en nuestra vida, iremos creando un fundamento espiritual que nos hará
permanecer firme en las circunstancias más difíciles que se presenten ante nosotros.
Las pruebas son parte de la vida, todos hemos pasado o pasaremos a través de
ellas.
¿Estamos
enfrentando una prueba en estos momentos? Ya sabemos lo que tenemos que
hacer para mantenernos firmes.
Confiemos
en DIOS. Busquemos la fortaleza en su Palabra. Arrodillémonos a orar. Alguien
dijo: “Vivir de rodillas nos mantiene de pie”. Si nos aferramos a esta
enseñanza, y la ponemos en práctica, por fuerte que sea la tormenta que llegue
a nuestra vida, permaneceremos firmes como el monte de Sion.
Dios
les bendiga abundantemente.
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