UN
MOMENTO CON DIOS
En
Dios haremos proezas
“Con la ayuda de Dios haremos proezas; ¡él aplastará a nuestros enemigos!” (Salmo 60. 12)
La historia de la humanidad nos dice que siempre en cada época existieron personajes célebres que alcanzaron metas increíbles, superando todos los pronósticos. Estas personas han sido consideradas como verdaderos próceres y ejemplo para todas las generaciones.
Generalmente
pensamos que, los que hicieron proezas, grandes cosas, siempre fueron grandes
hombres o mujeres.
Una
y otra vez la historia nos dice que personas sencillas, naturales, han hecho
cosas sobrenaturales. Los cristianos somos personas sencillas y naturales
quizás con poca preparación, desconocidas, pero dentro nuestro tenemos operando
el poder más grande del Universo que es el Poder de Dios.
Cuando
el hombre natural toma contacto con el Dios sobrenatural algo poderoso se
ejecuta en la tierra. Muchos cristianos tienen una mente limitada y mediocre y
sólo se conforman con respirar y dejar que la vida pase. Alguien dijo una vez
que existen dos clases de personas: Las que miran como pasa la historia y las
que hacen historia.
Proezas son
aquellos logros grandes ante la acción de gran esfuerzo y mucho
valor.
Hay una gran diferencia entre
un logro y una proeza. Logros son aquellas cosas que se pueden alcanzar
cualquiera que se lo proponga. Los logros son catalogados como cosas no
«imposibles» de obtener o alcanzar.
La diferencia entre
la proeza es que las proezas son aquellas cosas que la mayoría de las
personas llaman «imposible» pero no los son pues en el vocablo del
creyente esa palabra no debe existir. ¡Todo es posible!
En términos espirituales
proezas pudieran ser las liberaciones y sanidades.
Las transformaciones de aquellos que un día
estuvieron perdidos y hoy son el ejemplo de superación.
Todas
aquellas cosas que no son comunes por la razón que sea eso es una proeza y son
las cosas que en Dios haremos como parte del llamado.
Dios
nos ha llamado a hacer historia, pues con El podemos realizar proezas, grandes cosas.
Si a la fecha nos sentimos un poco desilusionados de la rutina de la vida, ¡es
tiempo que abramos nuestros ojos a la realidad poderosa de que Dios vive en cada
uno de nosotros para realizar lo imposible!
El
cristiano es la única persona que puede dejar la mediocridad y realizar algo
excelente para el Señor, pues la presencia de Dios opera en su ser. ¡Movámonos
y realicemos proezas en Dios!
Dios
les bendiga abundantemente.
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