CADA
DÍA CON DIOS
Lo
que Mata un Sueño
La mayoría de
los seres humanos tenemos metas o sueños que queremos alcanzar.
Pero la gran mayoría de las personas no pueden conseguir esos sueños, siempre hay algo o alguien que mata sus sueños.
En
la mayoría de los casos quien mata nuestros sueños no son personas de
afuera, somos nosotros mismos quienes nos encargamos de matar nuestros sueños
de manera voluntaria o de manera involuntaria.
El
sueño de Saúl era ser un buen rey, pero el mismo se encargó de matar
ese sueño.
Que
otras personas quieran matar nuestros sueños suena hasta normal, total hay
muchas personas negativas o envidiosas, pero que seamos nosotros mismos quienes
nos encarguemos de matar nuestros sueños no es normal.
Los
sueños de Saúl de ser rey por siempre los mato el mismo es decir el
tomo la decisión de matarse. 1 Samuel 31. 4, 6 “Entonces dijo Saúl a su
escudero: Saca tu espada, y traspásame con ella, para que no vengan estos
incircuncisos y me traspasen, y me escarnezcan. Mas su escudero no quería,
porque tenía gran temor. Entonces tomó Saúl su propia espada y se echó sobre
ella, Así murió Saúl en aquel día, juntamente con sus tres hijos, y su
escudero, y todos sus varones.”
Que
mata nuestros sueños.
1.
El mal manejo de nuestros miedos. 1 Samuel 31. 3 “Y arreció la batalla contra
Saúl, y le alcanzaron los flecheros, y tuvo gran temor de ellos” Saúl tenía
miedo de sufrir en manos de sus enemigos. El miedo al fracaso, a equivocarnos o
a fallar hace que nos estanquemos.
Las
personas que salen adelante no son aquellas que no tienen miedo,
las personas que salen adelante son aquellas que han logrado
controlar sus miedos.
2.
El qué dirán o el miedo a la burla hace que dejemos de Luchar.
1
Samuel 31. 4 “Entonces dijo Saúl a su escudero: Saca tu espada, y traspásame
con ella, para que no vengan estos incircuncisos y me traspasen, y me
escarnezcan. Mas su escudero no quería, porque tenía gran temor. Entonces tomó
Saúl su propia espada y se echó sobre ella” Saúl prefirió morir a tener que
luchar hasta el final.
El miedo
al qué dirán hace que terminemos haciendo lo que otros quieren, el miedo a la
habladuría de los demás nos convierte en sus esclavos.
3.
La mala administración de nuestro tiempo. Eclesiastés 3. 1 - 3 “Todo tiene su
tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de
nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado;
tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar;” El
hacer las cosas en el momento no apropiado hace que fracasemos en nuestras
metas.
4.
Descuidar nuestros sueños por cuidar el de los demás. Cantares 1. 6 “No
reparéis en que soy morena, Porque el sol me miró. Los hijos de mi madre se
airaron contra mí; Me pusieron a guardar las viñas; Y mi viña, que
era mía, no guardé.” Debemos ayudar a otras personas sin descuidarnos a
nosotros mismos.
5.
El creer que todo está perdido. 2 Corintios 4. 8 - 9 “que estamos
atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados;
perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos;” Cuando
perdemos la esperanza ya no tenemos ganas de seguir luchando y nos resignamos a
la mediocridad.
6.
El mirar atrás o al pasado. Filipenses 3. 13 “Hermanos, yo mismo no pretendo
haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda
atrás, y extendiéndome a lo que está delante,” Si lo que esta atrás no sirve
para impulsarnos para el futuro es mejor olvidarse y dejarlo bien
atrás.
Todos
tenemos sueños o metas que alcanzar no dejemos que nuestros temores y
prejuicios acaben con nuestros sueños. Jesucristo no nos quita
los problemas, pero si nos ayuda a luchar por superarlos y alcanzar
nuestras metas.
Dios
les bendiga abundantemente.
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