domingo, 22 de agosto de 2021

Cada día... El desánimo.

 


CADA DÍA CON DIOS

El Desánimo

 

Es normal que de vez en cuando sintamos bajones en nuestro estado de ánimo muchas veces nos sentimos tristes porque las cosas no salieron como esperábamos.

 

Pero otra cosa muy diferente es que de manera constante o de manera diaria estemos desanimados, a esto ya se le conoce como un trastorno del estado de ánimo. 

El desánimo nos convierte en personas no productivas, el éxito de una sociedad y de una persona está en su capacidad de producir. Las personas que sufren de desánimo no tienen ganas de hacer nada. 

Para Jesucristo es muy importante el Producir ya que de esto depende que una persona logre lo que se propone. Mateo 7. 19 “Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.” 

Por su capacidad de dar fruto es como se conoce lo que una persona realmente es. 1 Samuel 27. 20 “Así que, por sus frutos los conoceréis.” Si queremos saber si esa persona nos conviene o no, tan solo miremos lo que hace. 

Que cosas genera el desánimo. 

1. Creer en un inminente fracaso en nuestra vida. 1 Samuel 27. 1 a “Dijo luego David en su corazón: Al fin seré muerto algún día por la mano de Saúl;” Si el atleta corre pensando que va a perder en vano corre, su actitud derrotista ya lo hizo perder antes de comenzar. 

Para el Apóstol Pablo el secreto para terminar la carrera siendo un campeón es correr pensando que se va a ganar. 1 Corintios 9. 24 “¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis.” 

2. Pensar que la única solución es huir. 1 Samuel 27. 1 b “nada, por tanto, me será mejor que fugarme a la tierra de los filisteos, para que Saúl no se ocupe de mí, y no me ande buscando más por todo el territorio de Israel; y así escaparé de su mano.” El que piensa en huir es porque considera que ya nada hay por hacer. Recordemos que no importa donde huyamos los problemas siempre nos alcanzaran.  

3. Creer que lo que se hace no vale la pena. 1 Samuel 27. 5 “Y David dijo a Aquis: Si he hallado gracia ante tus ojos, séame dado lugar en alguna de las aldeas para que habite allí; pues ¿por qué ha de morar tu siervo contigo en la ciudad real?” Aunque debemos servir a los demás, somos nosotros quienes debemos valorar lo que hacemos.  

Como derrotar el desánimo. 

1. Teniendo un propósito claro. 1 Corintios 9. 26 “Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire” El que no sabe para dónde va está perdido. 

2. No mirando atrás. Filipenses 3. 13 “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante” El estar atados a triunfos o fracasos pasados nos impiden avanzar.  

3. Amando lo que se hace. Colosenses 3. 23 “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres;” Solo cuando amamos lo que hacemos nos esforzamos por mejorar y sobre todo nunca nos desanimamos ni nos cansamos de luchar.  

4. No esperando gratificación de parte de los hombres. Colosenses 3. 24 “sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.” No todos a quienes les servimos valoraran lo que hacemos, cuando vemos que muchos desprecian nuestro trabajo hace que nos desanimemos y que renunciemos a nuestras metas.  

5. No hagamos las cosas solo para que nos vean. Hacer esto sería esperar gratificación de parte de los demás. Mateo 6. 1 “Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos.”  Cuando hacemos las cosas esperando algo a cambio corremos el riesgo de desanimarnos ya que no todos nos van a gradecer muchos nos ignoran otros nos critican y muy pocos valoran lo que hacemos. 

Una persona desanimada es lo mismo que estar muerta, una persona desanimada no hace ni deja hacer, una persona desanimada no tiene ganas ni fuerzas de seguir luchando. Animémonos, seamos valiente confiemos en Dios y siempre seremos vencedores. 

Dios les bendiga abundantmente.

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