CADA
DÍA CON DIOS
El
Desánimo
Es normal que de vez en cuando sintamos bajones en nuestro estado de ánimo muchas veces nos sentimos tristes porque las cosas no salieron como esperábamos.
Pero
otra cosa muy diferente es que de manera constante o de manera diaria estemos
desanimados, a esto ya se le conoce como un trastorno del estado
de ánimo.
El desánimo
nos convierte en personas no productivas, el éxito de una sociedad y de una
persona está en su capacidad de producir. Las personas que sufren de desánimo
no tienen ganas de hacer nada.
Para
Jesucristo es muy importante el Producir ya que de esto depende que una persona
logre lo que se propone. Mateo 7. 19 “Todo árbol que no da buen fruto, es
cortado y echado en el fuego.”
Por
su capacidad de dar fruto es como se conoce lo que una persona realmente es. 1
Samuel 27. 20 “Así que, por sus frutos los conoceréis.” Si queremos saber si
esa persona nos conviene o no, tan solo miremos lo que hace.
Que
cosas genera el desánimo.
1.
Creer en un inminente fracaso en nuestra vida. 1 Samuel 27. 1 a “Dijo luego
David en su corazón: Al fin seré muerto algún día por la mano de Saúl;” Si el
atleta corre pensando que va a perder en vano corre, su actitud derrotista ya
lo hizo perder antes de comenzar.
Para
el Apóstol Pablo el secreto para terminar la carrera siendo un campeón es
correr pensando que se va a ganar. 1 Corintios 9. 24 “¿No sabéis
que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se
lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis.”
2.
Pensar que la única solución es huir. 1 Samuel 27. 1 b “nada, por tanto, me
será mejor que fugarme a la tierra de los filisteos, para que Saúl no se ocupe
de mí, y no me ande buscando más por todo el territorio de Israel; y así
escaparé de su mano.” El que piensa en huir es porque considera que ya nada hay
por hacer. Recordemos que no importa donde huyamos los problemas siempre nos
alcanzaran.
3.
Creer que lo que se hace no vale la pena. 1 Samuel 27. 5 “Y David dijo
a Aquis: Si he hallado gracia ante tus ojos, séame dado lugar en alguna de
las aldeas para que habite allí; pues ¿por qué ha de morar tu siervo contigo en
la ciudad real?” Aunque debemos servir a los demás, somos nosotros quienes
debemos valorar lo que hacemos.
Como
derrotar el desánimo.
1.
Teniendo un propósito claro. 1 Corintios 9. 26 “Así que, yo de esta
manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea
el aire” El que no sabe para dónde va está perdido.
2.
No mirando atrás. Filipenses 3. 13 “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya
alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y
extendiéndome a lo que está delante” El estar atados a triunfos o fracasos
pasados nos impiden avanzar.
3.
Amando lo que se hace. Colosenses 3. 23 “Y todo lo que hagáis, hacedlo de
corazón, como para el Señor y no para los hombres;” Solo cuando amamos lo que
hacemos nos esforzamos por mejorar y sobre todo nunca nos desanimamos
ni nos cansamos de luchar.
4.
No esperando gratificación de parte de los hombres. Colosenses 3. 24 “sabiendo
que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor
servís.” No todos a quienes les servimos valoraran lo que hacemos, cuando vemos
que muchos desprecian nuestro trabajo hace que nos desanimemos y que
renunciemos a nuestras metas.
5.
No hagamos las cosas solo para que nos vean. Hacer esto sería esperar
gratificación de parte de los demás. Mateo 6. 1 “Guardaos de hacer vuestra
justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no
tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos.” Cuando
hacemos las cosas esperando algo a cambio corremos el riesgo de desanimarnos ya
que no todos nos van a gradecer muchos nos ignoran otros nos critican y muy
pocos valoran lo que hacemos.
Una
persona desanimada es lo mismo que estar muerta, una persona desanimada no hace
ni deja hacer, una persona desanimada no tiene ganas ni fuerzas de seguir
luchando. Animémonos, seamos valiente confiemos en Dios y siempre seremos vencedores.
Dios
les bendiga abundantmente.
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