CADA
DÍA CON DIOS
El
Mal de la Envidia
La envidia es una emoción muy destructiva, ha existido toda una vida, por eso es un sentimiento muy común, todos podemos sentir envidia algunas veces, otros con mucho mayor grado.
El
Rey David a pesar de ser conforme al corazón de Dios reconoce que en algún
momento de su vida casi cae, casi fracasa en lo que hacía. Salmos 73. 2
“En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies; Por poco resbalaron mis pasos” el
motivo de casi caer la envidia. 1 Samuel 18. 3 “Porque tuve envidia de los
arrogantes, Viendo la prosperidad de los impíos”
Esta
emoción no es nada bueno porque solo traen tristezas en el corazón y el
envidioso puede que se aislé, o tenga problemas para relacionarse con la gente.
La envidia se produce como consecuencia, que la persona desea lo que no tiene y
se trata de compararse con los demás.
Porque
se origina la envidia.
1.
Cuando nos disgustamos por la prosperidad de los demás. 1 Samuel 18. 8 a “Y se
enojó Saúl en gran manera, y le desagradó este dicho, y dijo.” a Saúl le
costaba reconocer lo que David hacía en las batallas. 1 Samuel 18. 6 - 7
“Aconteció que cuando volvían ellos, cuando David volvió de matar al filisteo,
salieron las mujeres de todas las ciudades de Israel cantando y danzando, para
recibir al rey Saúl, con panderos, con cánticos de alegría y con instrumentos
de música. Y cantaban las mujeres que danzaban, y decían: Saúl hirió a
sus miles, Y David a sus diez miles.” A muchos de nosotros nos gusta
que los elogios solo sean para nosotros.
Las
personas envidiosas crecen con sentimientos de frustración y vació interior. Lo
peor de todo que no podrán alcanzar la felicidad porque tendrán problemas con
las personas que le rodea ya que la envidia lo contamina y lo destruye
todo.
2.
Miedo de Perder lo que tenemos. 1 Samuel 18. 8 b “: A David dieron diez miles,
y a mí miles; no le falta más que el reino” Saúl sabía que iba perder
el reino, pero solo le importo cuando se dio cuenta que David se lo
podía quitar. Muchos de nosotros no valoramos las oportunidades que Dios nos
brinda hasta que vemos que otros las quieren aprovechar.
Como
Controlar la Envidia.
1.
No tratemos de imitar a los demás. Pensemos en que todos somos diferentes y así
como a otros les va bien en alguna cosa a nosotros también nos va bien en otras.
2.
Cuidemos de lo que tenemos. Cuidar no es sobreproteger, hostigar, encarcelar o
ahogar. La mejor forma de cuidar a los demás es tratando siempre de
mejorar lo que somos.
3.
Si estamos seguros de lo que somos o de lo que hacemos no tenemos por qué
sentir envidia de los demás.
Consecuencias
de la Envidia.
1.
Enemistad con los demás. 1 Samuel 18. 9 “Y desde aquel día Saúl no miró con
buenos ojos a David.” Es difícil y hasta imposible tener buena convivencia con
los demás si se vive inseguro y lleno de miedos.
2.
Causamos daño a los que decimos amar. 1 Samuel 18.11 “Y arrojó Saúl la lanza,
diciendo: Enclavaré a David a la pared. Pero David lo evadió dos veces.” Una
persona envidiosa no es consciente de sus malos actos.
3.
Dejamos de cumplir con nuestras obligaciones. Los demás hacen lo que nos
corresponde a nosotros cuando nosotros dejamos de cumplir. 1 Samuel 18. 16 “Mas
todo Israel y Judá amaba a David, porque él salía y entraba delante de
ellos.”
4.
Actuamos solo con maldad, convirtiendo nuestra vida en un desastre. 1 Samuel
18. 19 - 20 “Y llegado el tiempo en que Merab hija de Saúl se había
de dar a David, fue dada por mujer a
Adriel meholatita. Pero Mical la otra hija de Saúl amaba a
David; y fue dicho a Saúl, y le pareció bien a sus ojos.” Nuestros
deseos son como un bumerang, todo lo malo o lo bueno que deseamos a
los demás terminan regresando a nosotros.
La
Envidia no es más que un sentimiento de inseguridad frente a las habilidades de
otras personas. Las personas envidiosas dejan de luchar y hacer lo que tienen
que hacer por estar pendiente de lo que hacen los demás, todos tenemos dones y
talentos, no necesitamos desear lo de los demás, todos somos importantes y
muy valiosos por lo que Dios nos ha dado.
Dios
les bendiga abundantemente.
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