CADA
DÍA CON DIOS
Destruye
tu Gigante
Nuestros más grandes enemigos no son los que están fuera de nosotros, nuestros más grandes enemigos están en nosotros mismos, nuestros prejuicios se pueden convertir en nuestros peores gigantes.
Goliat
sabía que si se enfrentaba abiertamente a los israelitas lo podían derrotar por
eso no los ataco de manera inmediata y prefería debilitarlos mentalmente
durante cuarenta días. 1 Samuel 17. 16 “Venía, pues, aquel filisteo por la
mañana y por la tarde, y así lo hizo durante cuarenta días.”
Como
Destruir a nuestros Gigantes.
1.
No caigamos en la individualidad. 1 Samuel 17. 8 “Y se paró y dio voces a los escuadrones de
Israel, diciéndoles: ¿Para qué os habéis puesto en orden de batalla? ¿No soy yo
el filisteo, y vosotros los siervos de Saúl? Escoged de entre vosotros un
hombre que venga contra mí.” Si no podemos solos unámonos a otros que nos
puedan ayudar en equipo siempre seremos ganadores.
2.
No nos sintamos comprometidos por decisión de otros. 1 Samuel 17. 10 - 11 “Y
añadió el filisteo: Hoy yo he desafiado al campamento de Israel; dadme un
hombre que pelee conmigo. Oyendo Saúl y todo Israel estas palabras del
filisteo, se turbaron y tuvieron gran miedo.” En una batalla hombre a hombre
era lógico que Goliat sería el ganador, Goliat frente a todo el
pueblo saldría derrotado.
3.
No nos sintamos inferiores a los retos de la vida. 1 Samuel 17. 26 “Entonces habló David a los que estaban
junto a él, diciendo: ¿Qué harán al hombre que venciere a este filisteo, y
quitare el oprobio de Israel? Porque ¿quién es este filisteo incircunciso, para
que provoque a los escuadrones del Dios viviente?” Nosotros somos lo que nos
sentimos, si nos sentimos importantes así nos verán los demás, si nos
menospreciamos a nosotros mismos también los demás nos menospreciaran.
4.
Siempre creamos que somos Capaces. 1 Samuel 17. 32 “Y dijo David a Saúl: No desmaye el corazón
de ninguno a causa de él; tu siervo irá y peleará contra este filisteo.” La fe
es positiva y es negativa si creemos que podemos lo lograremos, si creemos que
no podemos nunca lo conseguiremos.
5.
No nos sintamos inferiores a los demás o frente a lo que vamos a hacer. 1
Samuel 17. 33 “Dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra aquel filisteo, para
pelear con él; porque tú eres muchacho, y él un hombre de guerra desde su
juventud.” No permitamos que los demás nos hagan sentir inferior, rodeémonos de
personas que valoren lo que somos y lo que hacemos.
6. Miremos
los problemas como oportunidades para lograr retos mayores, 1 Samuel 17.
34 - 36 “David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su
padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía
yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí,
yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba. Fuese león, fuese oso,
tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos,
porque ha provocado al ejército del Dios viviente.” Las personas de
éxito son aquellas que miran en los problemas oportunidades para mejorar. Las
personas de fracaso son aquellas que miran en los
problemas pretextos para no avanzar.
7. Pensamos
en que es Dios quien nos libra. 1 Samuel 17. 37 “Añadió David: Jehová, que me
ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me
librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve, y Jehová esté
contigo.” Dios nos ha dado dones y talentos, pero es el quien nos
ayuda a lograr la victoria.
8.
No improvisemos a la hora de actuar. 1 Samuel 17. 39 - 40 “Y ciñó David su
espada sobre sus vestidos, y probó a andar, porque nunca había hecho la prueba.
Y dijo David a Saúl: Yo no puedo andar con esto, porque nunca lo practiqué. Y
David echó de sí aquellas cosas. Y tomó su cayado en su mano, y escogió cinco
piedras lisas del arroyo, y las puso en el saco pastoril, en el zurrón que
traía, y tomó su honda en su mano, y se fue hacia el filisteo.” La mejor arma
para triunfar en lo que se hace es la preparación.
Los
principales enemigos de nuestros sueños y propósitos no son los demás, somos
nosotros mismos, no dejemos que nuestros temores y prejuicios nos derroten, esforcémonos,
nunca nos apartemos de Jesucristo y siempre saldrás victorioso en todo lo que
hagamos.
Dios les bendiga abundantemente.
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