CADA
DÍA CON DIOS
Un
Hijo de Dios
Cuando recibimos a Jesucristo en nuestro corazón sucede algo sorprendente, además de ser salvos también pasamos a ser hijos de Dios. Juan 1. 12 “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”.
El
ser hijos de Dios nos hace ser herederos, tenemos derechos a los milagros y
muchas otras cosas maravillosas, pero también adquirimos responsabilidades.
Un
verdadero cristiano es mucho más que tan solo alguien congregándose en algún
lugar a la espera de un milagro, ser hijo de Dios también significa que
ahora tenemos obligaciones que cumplir.
Que
debe hacer un hijo de Dios.
1.
Amar a Dios. Deuteronomio 11. 1 a “Amarás, pues, a Jehová tu Dios,” Dios como
todo padre no quiere que sus hijos lo busquen solo motivados por el
interés.
Un
Verdadero Hijo ama a su padre a pesar de las circunstancias, sean estas
circunstancias favorables o desfavorables.
2.
Cumple sus ordenanzas. Deuteronomio 11. 1 b “y guardarás sus ordenanzas, sus
estatutos, sus decretos y sus mandamientos, todos los días.” Hoy en día muchas
iglesias al igual que muchos estadios están llenos de personas que solo son
espectadores a la espera de un milagro, pero no quieren
comprometerse.
3.
No tiene otros dioses. Deuteronomio 11. 16 “Guardaos, pues, que vuestro corazón no se
infatúe, y os apartéis y sirváis a dioses ajenos, y os inclinéis a ellos;” Cualquier
cosa o persona que nos aleje de Jehová o que haga que Dios ocupe el segundo
lugar en nuestro corazón ya es un dios.
4.
Hace de las normas una forma de vida. Deuteronomio 11. 18 “Por tanto, pondréis estas mis palabras en
vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis como señal en vuestra mano, y
serán por frontales entre vuestros ojos.” Dios no quiere que lo obedezcamos por
miedo o por obligación, él quiere que lo obedezcamos porque entendemos que es
para nuestro bien.
5.
Enseña a los demás. El que enseña aprende dos veces, la mejor manera
para que aprendamos algo es compartiendo con alguien lo que queremos
aprender. Deuteronomio 11. 19 “Y las enseñaréis a vuestros hijos, hablando de
ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te
acuestes, y cuando te levantes”
Como
es la Vida de un Hijo de Dios.
1.
Tiene calidad de vida. Deuteronomio 11. 9 “y para que os sean prolongados los
días sobre la tierra, de la cual juró Jehová a vuestros padres, que había de
darla a ellos y a su descendencia, tierra que fluye leche y miel” Tener una
vida prolongada no significa que viva más que otros o que sea eterno, significa
que los días que tengamos que vivir serán de calidad.
2.
Tiene la provisión necesaria de manera sobrenatural. Deuteronomio 11. 14 “yo
daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la tardía; y
recogerás tu grano, tu vino y tu aceite.” Un hijo de Dios no se desespera en
los momentos difíciles, él sabe que Jehová siempre actuara a su
favor.
3.
Siente como Dios interviene para que ganemos nuestras batallas. Deuteronomio
11. 23 “Jehová también echará de delante de vosotros a todas estas naciones, y
desposeeréis naciones grandes y más poderosas que vosotros.” Un hijo de Dios
siente más el amor de Dios en momentos de Crisis.
4. Tiene el control
sobre nuestra Vida. Deuteronomio 11. 24 “Todo lugar que pisare la planta de
vuestro pie será vuestro; desde el desierto hasta el Líbano, desde el
río Eufrates hasta el mar occidental será vuestro territorio.” Un
hijo de Dios no se deja dominar por las emociones.
5. Sabe
vivir bien en cualquier circunstancia que estemos pasando. Filipenses 4. 12 “Sé
vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado,
así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como
para padecer necesidad.” Un hijo de Dios no es un ser resignado, valora lo que
tiene mientras lucha por conseguir algo mejor.
Dios
nos bendice de manera constante pero un hijo de Dios no solo sabe que es
bendito, se siente bendito con toda bendición, la bendición de Dios echa fuera
toda maldición que nos lance el hombre. Si nos consideramos hijos de Dios somos
benditos y nadie podrá maldecirnos.
Dios
les bendiga abundantemente.
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