viernes, 7 de mayo de 2021

Cada día... Conquistando el mundo.

 


CADA DÍA CON DIOS

Conquistando el Mundo

 

Era Dios quien se encargaría de quitar a todos los enemigos de su pueblo. 

Es Dios quien se encarga de conquistar el mundo y dárnoslo a nosotros, no son nuestras fuerzas. 

Pensemos por un momento porque hemos logrado muchas más cosas que otros que tal vez tienen mucha más preparación que nosotros. 

Hay quienes tienen dos y hasta tres títulos universitarios y no tienen las posibilidades de trabajo o de empleo que nosotros tenemos. 

Es Jesucristo quien se encarga de ayudarnos a conquistar el mundo. Deuteronomio 7.  1 “Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra en la cual entrarás para tomarla, y haya echado de delante de ti a muchas naciones, al heteo, al gergeseo, al amorreo, al cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, siete naciones mayores y más poderosas que tú” Que Dios pelee por nosotros no significa que nosotros no tengamos que hacer nada. 

Dios se encarga de ayudarnos a conquistar el mundo con algunas condiciones, es decir él nos ofrece el mundo, pero hay cosas que nosotros tenemos que hacer. 

Que Cosas tenemos que hacer. 

1. Destruir todo lo que a Dios le molesta. Deuteronomio 7. 2 “y Jehová tu Dios las haya entregado delante de ti, y las hayas derrotado, las destruirás del todo; no harás con ellas alianza, ni tendrás de ellas misericordia” Hay cosas que a Dios le molesta y a nosotros nos perjudica y no necesariamente son pecados como los conocemos. Muchos debemos sacar de nuestra vida: la pereza, el desánimo, el mal genio. Etc. 

2. No unirse con las personas del mundo. Deuteronomio 7. 3 “Y no emparentarás con ellas; no darás tu hija a su hijo, ni tomarás a su hija para tu hijo” No se trata de que las personas del mundo sean nuestras enemigas, lo que no debemos es practicar las cosas que ellos practican. Juan 17. 15 “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal” Jesucristo no odia al pecador lo que Jesucristo odia es al pecado que está en el pecador. 

La relación con personas diferentes a nuestras creencias podría terminar desviándonos de nuestros principios. Deuteronomio 7.  4 “Porque desviará a tu hijo de en pos de mí, y servirán a dioses ajenos; y el furor de Jehová se encenderá sobre vosotros, y te destruirá pronto” 

3. Debemos influenciar a los demás y no debemos dejarnos influenciar por ellos. Deuteronomio 7.  5 “Mas así habéis de hacer con ellos: sus altares destruiréis, y quebraréis sus estatuas, y destruiréis sus imágenes de Asera, y quemaréis sus esculturas en el fuego” El pueblo de Dios debe ser ejemplo a los del mundo. Jeremías 15. 19 “Por tanto, así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos.” 

4. Debemos entender que ahora somos apartados para Dios. Deuteronomio 7.  6 “Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra.” Saber que fue Dios quien nos escogió nos debe hacer sentir importantes. 

5. Ahora que Dios nos escogió nos ha hecho importantes. Deuteronomio 7.  7 “No por ser vosotros más que todos los pueblos, os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos” Dios no nos escogió por ser los mejores. Reconocer esto nos hace: 

No creernos más que los demás y ser humildes. Romanos 12. 3 “Porque en virtud de la gracia que me ha sido dada, digo a cada uno de vosotros que no piense más alto de sí que lo que debe pensar, sino que piense con buen juicio, según la medida de fe que Dios ha distribuido a cada uno” 

No sentirnos mal cuando alguien nos dice: “yo sé quién eras” Dios sabía perfectamente quien éramos y quiénes somos, pero es el quien nos restaura y transforma. Tito 3. 3 “Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros” 

6. Someternos a los mandamientos de Dios. Deuteronomio 7.  11 “Guarda, por tanto, los mandamientos, estatutos y decretos que yo te mando hoy que cumplas” Los que no son pueblo de Dios lo único que buscan de él es milagros sin compromiso. 

7. Recibir la protección y el cuidado de Dios. Deuteronomio 7.  13 “Y te amará, te bendecirá y te multiplicará, y bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu grano, tu mosto, tu aceite, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas, en la tierra que juró a tus padres que te daría.” Debemos estar dispuestos a recibir de Dios todo lo que él quiere darnos. 

8. Entender que Dios quita nuestros problemas de manera paulatina, Dios es un Dios de procesos. Deuteronomio 7.  22 “Y Jehová tu Dios echará a estas naciones de delante de ti poco a poco; no podrás acabar con ellas en seguida, para que las fieras del campo no se aumenten contra ti.” Para conquistar el mundo se necesita paciencia. 

Dios se encarga de entregarnos el mundo, de ayudarnos a conquistarlo, pero nosotros tenemos que comprometernos a no contagiarnos del mundo ni hacernos a el olvidándonos de quien nos ayudó a conquistarlo. 

Dios les bendiga abundantemente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario