CADA
DÍA CON DIOS
Conquistando
el Mundo
Era Dios
quien se encargaría de quitar a todos los enemigos de su
pueblo.
Es Dios quien se encarga de conquistar el mundo y dárnoslo a nosotros, no son nuestras fuerzas.
Pensemos
por un momento porque hemos logrado muchas más cosas que otros que tal vez
tienen mucha más preparación que nosotros.
Hay
quienes tienen dos y hasta tres títulos universitarios y no tienen las
posibilidades de trabajo o de empleo que nosotros tenemos.
Es
Jesucristo quien se encarga de ayudarnos a conquistar el mundo. Deuteronomio 7.
1 “Cuando Jehová tu Dios te haya
introducido en la tierra en la cual entrarás para tomarla, y haya echado de
delante de ti a muchas naciones, al heteo, al gergeseo, al amorreo, al
cananeo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo, siete
naciones mayores y más poderosas que tú” Que Dios pelee por nosotros no
significa que nosotros no tengamos que hacer nada.
Dios
se encarga de ayudarnos a conquistar el mundo con algunas condiciones, es decir
él nos ofrece el mundo, pero hay cosas que nosotros tenemos que hacer.
Que
Cosas tenemos que hacer.
1.
Destruir todo lo que a Dios le molesta. Deuteronomio 7. 2 “y Jehová tu Dios las
haya entregado delante de ti, y las hayas derrotado, las destruirás del todo;
no harás con ellas alianza, ni tendrás de ellas misericordia” Hay cosas que a
Dios le molesta y a nosotros nos perjudica y no necesariamente son pecados como
los conocemos. Muchos debemos sacar de nuestra vida: la pereza, el desánimo, el
mal genio. Etc.
2.
No unirse con las personas del mundo. Deuteronomio 7. 3 “Y no emparentarás con
ellas; no darás tu hija a su hijo, ni tomarás a su hija para tu hijo” No se
trata de que las personas del mundo sean nuestras enemigas, lo que no debemos
es practicar las cosas que ellos practican. Juan 17. 15 “No
ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal” Jesucristo no
odia al pecador lo que Jesucristo odia es al pecado que está en el
pecador.
La
relación con personas diferentes a nuestras creencias podría terminar desviándonos
de nuestros principios. Deuteronomio 7. 4 “Porque desviará a tu hijo de
en pos de mí, y servirán a dioses ajenos; y el furor de Jehová se
encenderá sobre vosotros, y te destruirá pronto”
3.
Debemos influenciar a los demás y no debemos dejarnos influenciar por ellos. Deuteronomio
7. 5 “Mas así habéis de hacer con ellos:
sus altares destruiréis, y quebraréis sus estatuas, y destruiréis sus imágenes
de Asera, y quemaréis sus esculturas en el fuego” El pueblo de Dios debe
ser ejemplo a los del mundo. Jeremías 15. 19 “Por tanto, así dijo Jehová: Si te
convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo
precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te
conviertas a ellos.”
4.
Debemos entender que ahora somos apartados para Dios. Deuteronomio 7. 6 “Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu
Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que
todos los pueblos que están sobre la tierra.” Saber que fue Dios quien nos
escogió nos debe hacer sentir importantes.
5.
Ahora que Dios nos escogió nos ha hecho importantes. Deuteronomio 7. 7 “No por ser vosotros más que todos los
pueblos, os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más
insignificante de todos los pueblos” Dios no nos escogió por ser los mejores.
Reconocer esto nos hace:
No
creernos más que los demás y ser humildes. Romanos 12. 3 “Porque en virtud de
la gracia que me ha sido dada, digo a cada uno de vosotros que no piense más
alto de sí que lo que debe pensar, sino que piense con buen juicio, según la
medida de fe que Dios ha distribuido a cada uno”
No
sentirnos mal cuando alguien nos dice: “yo sé quién eras” Dios sabía
perfectamente quien éramos y quiénes somos, pero es el quien nos
restaura y transforma. Tito 3. 3 “Porque nosotros también éramos en otro tiempo
insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites
diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a
otros”
6.
Someternos a los mandamientos de Dios. Deuteronomio 7. 11 “Guarda, por tanto, los mandamientos,
estatutos y decretos que yo te mando hoy que cumplas” Los que no son pueblo de
Dios lo único que buscan de él es milagros sin compromiso.
7.
Recibir la protección y el cuidado de Dios. Deuteronomio 7. 13 “Y te amará, te bendecirá y te
multiplicará, y bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu
grano, tu mosto, tu aceite, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas,
en la tierra que juró a tus padres que te daría.” Debemos estar dispuestos a
recibir de Dios todo lo que él quiere darnos.
8.
Entender que Dios quita nuestros problemas de manera paulatina, Dios es un Dios
de procesos. Deuteronomio 7. 22 “Y
Jehová tu Dios echará a estas naciones de delante de ti poco a poco; no podrás
acabar con ellas en seguida, para que las fieras del campo no se aumenten
contra ti.” Para conquistar el mundo se necesita paciencia.
Dios
se encarga de entregarnos el mundo, de ayudarnos a conquistarlo, pero nosotros
tenemos que comprometernos a no contagiarnos del mundo ni hacernos
a el olvidándonos de quien nos ayudó a conquistarlo.
Dios
les bendiga abundantemente.
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