Cada día... El arte de bendecir.

 

CADA DÍA CON DIOS

El Arte de Bendecir.

 

El pueblo de Israel era un pueblo muy próspero y fuerte en todo sentido. El secreto estaba en la transmisión de la bendición. 

Bendición es mucho más que tan solo decir Dios te bendiga, para muchos cristianos el bendecir se ha convertido tan solo en una expresión o en una forma de saludo. 

Bendecir es mucho más que eso, el bendecir es todo un arte. 

El significado de bendecir es: decir bien o hablar bien. 

Si bendecir es decir bien, la pregunta es: tú que dices de los demás. 

Hay muchas personas a las cuales les es más fácil maldecir que bendecir, es decir a muchas personas les encanta ver lo malo de los demás y hablar mal de ellos. 

Las bendiciones al igual que las maldiciones tienen un efecto bumerang, siempre terminan regresando al lugar de donde salieron, si bendecimos recibimos bendición, si maldecimos recibimos maldición, que es lo que queremos recibir de los demás y de la vida, eso es lo que tenemos que declarar. 

El bendecir para recibir bendición es una ley de Dios. Todo aquel que bendice recibirá bendición y todo aquel que maldice recibirá maldición.  Génesis 12. 3 “Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra” 

Si queremos vivir siempre en bendición debemos bendecir siempre sin desistir, debemos bendecir a un a nuestros enemigos. Lucas 6. 44 “Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;” 

Como debemos bendecir. 

1. Llenando nuestro corazón de cosas buenas. Recordemos que nuestra boca habla de lo que hay en nuestro corazón. Lucas 6. 45 “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo que es bueno; y el hombre malo, del mal tesoro saca lo que es malo; porque de la abundancia del corazón habla su boca.” 

Las personas que tienen un corazón lleno de amargura y resentimiento por lo general nunca pueden decir cosas buenas de otros, se empeñan en ver tan solo lo malo. 

Un corazón envenenado por el odio, el rencor y la falta de perdón solo transmite muerte. 

2. Declarando lo que queremos que pase con esa persona. Deuteronomio 33. 7 “Y esta bendición profirió para Judá. Dijo así: Oye, oh Jehová, la voz de Judá,  Y llévalo a su pueblo;  Sus manos le basten, Y tú seas su ayuda contra sus enemigos” 

Bendecir más que tan solo decir bien, es declarar bien, afirmar con nuestra boca lo bueno que le va a pasar a las personas a quienes bendecimos. Bendecir siempre y a toda hora aún a nuestros enemigos hará que siempre vivamos en bendición. 

Dios les bendiga abundantemente.