CADA
DÍA CON DIOS
Evitando
una Vida en Maldición
Los seres humanos solo podemos vivir de dos formas, podemos vivir en bendición o podemos vivir en maldición.
De
la forma como queremos vivir es nuestra decisión.
Son
nuestros actos los que nos permiten vivir en bendición o en maldición, es
decir nuestro comportamiento determina si vivimos bien
o vivimos mal.
La
maldición no está en no tener o ser pobre, una persona bendita sabe vivir bien
en la abundancia o en la escases. Filipenses 4. 12 “Sé vivir en pobreza, y
sé vivir en prosperidad; en todo y por todo he aprendido el secreto tanto de
estar saciado como de tener hambre, de tener abundancia como de
sufrir necesidad.”
De
la forma como nosotros pensamos es como vivimos. Pero no todo es culpa del
negativismo. Para vivir bien es necesario actuar bien. Una buena actitud ayuda
mucho en cuanto a cómo nos va en la vida.
En
la Palabra de Dios se habla de la ley de la siembra y la cosecha, lo que
sembramos es lo que cosechamos, en el mundo secular se habla de la ley de la
compensación o que cada acción tiene una reacción positiva o
negativa.
Porque
se vive en Maldición.
1.
Desplaza a Dios por la Idolatría. Deuteronomio 27. 15 “Maldito el hombre
que hiciere escultura o imagen de fundición, abominación a Jehová, obra de mano
de artífice, y la pusiere en oculto. Y todo el pueblo responderá y dirá: Amén.”
Un ídolo no necesariamente es algo hecho de barro, cualquier cosa que desplace
a Dios es un ídolo: el dinero, la gente, los deportes etc.
No
es malo que tengamos dinero, practiquemos algún deporte o amemos a nuestros
seres queridos. Lo malo es cuando nuestro amor es tan excesivo que desplaza a
Dios de nuestro corazón.
2.
Deshonra a sus padres o superiores. Deuteronomio 27. 16 “Maldito el que
deshonrare a su padre o a su madre. Y dirá todo el pueblo: Amén.” El honrar a
nuestros padres genera bendición en nuestra vida. Efesios 6. 2 “Honra a tu
padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con
promesa”
3.
No respeta la propiedad ajena. Deuteronomio 27. 17 “Maldito el que redujere el límite de su
prójimo. Y dirá todo el pueblo: Amén.” La única forma de vivir en paz es si
aprendemos a respetar a los demás.
4.
Se burla y se aprovecha de las limitaciones de los demás. Deuteronomio 27. 18
“Maldito el que hiciere errar al ciego en el camino. Y dirá todo el pueblo:
Amén”
5.
Siendo Injusto con los demás. Deuteronomio 27. 19 “Maldito el que pervirtiere
el derecho del extranjero, del huérfano y de la viuda. Y dirá todo el pueblo:
Amén” Las personas que se aprovechan de los demás pueden llegar a
tener riquezas, pero viven mal.
6.
Quienes causan dolor y vergüenza a sus padres y a los demás. Deuteronomio 27. 20 “Maldito el que se acostare con la mujer de
su padre, por cuanto descubrió el regazo de su padre. Y dirá todo el pueblo:
Amén” Los hijos debemos honrar a nuestros padres no importa
la condición en la que puedan estar.
7.
No practicar una sexualidad sana. Deuteronomio 27. 21 “Maldito el que se ayuntare con cualquier
bestia. Y dirá todo el pueblo: Amén.” Una sexualidad sana tiene que ver con su
manera de pensar, nuestra forma de pensar determina nuestro
comportamiento.
Una
mala forma de pensar en lo sexual nos puede llevar a la depravación. Deuteronomio
27. 22 “Maldito el que se acostare con
su hermana, hija de su padre, o hija de su madre. Y dirá todo el pueblo:
Amén.”
8.
Hacer daño a las demás personas. Deuteronomio 27. 24 “Maldito el que hiriere a su prójimo
ocultamente. Y dirá todo el pueblo: Amén.” Todo el mal que hacemos a los demás
se nos devuelve como un bumerang.
9.
El que no pone en práctica las normas de Dios. Deuteronomio 27. 26 “Maldito el que no confirmare las palabras
de esta ley para hacerlas. Y dirá todo el pueblo: Amén.” La Palabra de Dios es
el conjunto de consejos que nos ayudan a tener vidas de excelencia.
Dios
quiere que a nosotros nos vaya bien, que vivamos en Bendición, pero
eso no depende solo de él, el hacer las cosas correctas para que nos vaya bien
depende de nosotros. Nosotros somos quienes decidimos hacer el bien o hacer el
mal y de cada actividad que hagamos viviremos de las consecuencias.
Dios
les bendiga abundantemente.
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