CADA
DÍA CON DIOS
Refugiémonos
en Jesús
No importa cuán entregados seamos a Cristo o cuan buenos cristianos seamos, por ser humanos siempre estamos expuestos a cometer errores o a equivocarnos.
Por
esta razón Dios que es misericordioso dejo tres ciudades como
refugio. Deuteronomio 19 4 - 5 “Y este es el caso del homicida que huirá allí,
y vivirá: aquel que hiriere a su prójimo sin intención y sin haber tenido
enemistad con él anteriormente; como el que fuere con su prójimo al monte a
cortar leña, y al dar su mano el golpe con el hacha para cortar algún leño,
saltare el hierro del cabo, y diere contra su prójimo y éste muriere; aquél
huirá a una de estas ciudades, y vivirá”
Los
que huyeren a esas ciudades siendo culpables de su crimen debían ser expulsados
de la ciudad. Deuteronomio 19. 11- 12
“Pero si hubiere alguno que aborreciere a su prójimo y lo acechare, y se
levantare contra él y lo hiriere de muerte, y muriere; si huyere a alguna de
estas ciudades; entonces los ancianos de su ciudad enviarán y lo sacarán
de allí, y lo entregarán en mano del vengador de la sangre para que
muera.”
En
este tiempo ya no existen ciudades de refugio ahora Dios a través de Jesucristo
es nuestro refugio. Salmos 46. 1 - 3 “Dios es nuestro amparo y fortaleza,
Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. 2 por tanto, no
temeremos, aunque la tierra sea removida, Y se traspasen los montes al
corazón del mar;”
La
gran diferencia de Jesús con las ciudades de refugio es que a pesar de nosotros
ser culpables no somos arrojados fuera, Jesús nos justifica delante del padre.
Romanos 3. 24 “siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la
redención que es en Cristo Jesús”
Como
Refugiarnos en Jesús.
1.
Reconociendo que hemos fallado. Romanos 3. 9 “¿Qué, pues? Somos nosotros
mejores que ellos En ninguna manera; pues ya hemos acusado a judíos y a
gentiles, que todos están bajo pecado.” La única forma de buscar ayuda
es cuando reconocemos que estamos fallando.
2.
Arrepintiéndonos de corazón. Mateo 4. 17 “Desde entonces comenzó Jesús a
predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”
La única forma de conseguir o alcanzar la perfección es si corregimos lo malo
que estamos haciendo. Sin corrección no hay perfección.
3.
Permitiendo que Jesucristo more en nuestro Corazón. Apocalipsis 3. 20 “He aquí,
yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a
él, y cenaré con él, y él conmigo” Solo si abrimos la puerta de nuestro corazón
y permitimos que él entre el podrá corregir lo que está fallando en
nosotros.
4.
Dejando que Jesucristo transforme nuestra vida. 2 Corintios 5.
17 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las
cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” Solo Jesucristo puede
hacernos nuevos.
5.
Estudiando la Palabra de Dios de manera constante. Josué 1. 8 “Nunca se
apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás
en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito;
porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.” La Palabra
de Dios tiene poder para hacer que todo lo que hagamos nos salga bien.
6.
Manteniéndose siempre en oración. 1 Tesalonicenses 5. 17 “Orad sin
cesar.” Orar no solo es hablar con Dios, a través de la oración podemos entrar
a la presencia de Dios y disfrutar de él.
7.
Congregándose para ser formados por la Palabra. Hebreos 10. 25 “no dejando de
congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto
más, cuanto veis que aquel día se acerca” En la unidad del pueblo Dios se
manifiesta y podemos fortalecernos los unos a los otros.
8.
Manteniéndonos siempre en la presencia de Dios. Debemos entender que fuera de
Jesucristo nada podemos hacer y sobre todo perdemos su protección. Juan 15. 5
“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste
lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hace”
Que
Jesucristo sea nuestro refugio no significa que no tengamos problemas, que
Jesucristo sea nuestro refugio significa que con el tendremos tiempo para
descansar y seguir adelante con nuestras diferentes luchas, si Jesucristo es
nuestro refugio siempre tendremos otra oportunidad de volver a
comenzar.
Dios
les bendiga abundantemente.
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