CADA
DÍA CON DIOS
Cuidando
la Bendición
Todos los hijos de Dios quienes hemos recibido a Jesucristo en nuestro corazón somos muy bendecidos, el problema está en que muchos no sabemos cuidar la bendición.
A Dios le
preocupaba que cuando su pueblo entrara a la tierra prometida no supiera
cuidarla, el problema cuando no cuidamos lo que tenemos es que podemos
perderlo.
Como
cuidar las Bendiciones.
1.
Poniendo por obra todos los mandamientos de Dios. Deuteronomio 8. 1 “Cuidaréis de poner por obra todo mandamiento
que yo os ordeno hoy, para que viváis, y seáis multiplicados, y entréis y
poseáis la tierra que Jehová prometió con juramento a vuestros padres.” Las
normas no son imposiciones, las normas son medios utilizados para hacer que las
cosas funcionen bien, un pueblo sin normas vive en caos y desorden.
2.
Viendo las aflicciones como medios para superarse y avanzar. Deuteronomio 8. 3
“Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no
conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo
de pan vivirá el hombre, más de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el
hombre.” Las personas de éxito son aquellas que ven los problemas como
oportunidades para corregir, mejorar y avanzar. Las personas de fracaso son
aquellas que ven los problemas como obstáculos que les impiden avanzar.
3. Mirando
lo positivo que puede haber en las dificultades. Deuteronomio 8. 4 “Tu vestido nunca se envejeció sobre ti, ni
el pie se te ha hinchado en estos cuarenta años.” Todas las
cosas que le suceden a los hijos de Dios es para bien algo hay de tras
de esa tormenta. Romanos 8. 28 “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las
cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son
llamados.”
4.
Creyendo que Dios nos provee de todo, pero también nos corrige como
todo padre que ama a sus hijos. Deuteronomio 8. 5 “Reconoce asimismo en tu corazón, que como
castiga el hombre a su hijo, así Jehová tu Dios te castiga” El no creer en la
corrección de Dios hace que la libertad de Cristo la convirtamos en
libertinaje.
5.
Siendo agradecidos con lo que Dios nos da. Deuteronomio 8. 10 “Y
comerás y te saciarás, y bendecirás a Jehová tu Dios por la buena tierra que te
habrá dado.” Una persona agradecida siempre deja abiertas las puertas de
oportunidad.
6.
No nos enorgullezcamos de lo que Dios nos da. Deuteronomio 8. 12 - 14 “no suceda que comas y te sacies, y
edifiques buenas casas en que habites, y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y
la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente; y
se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de
tierra de Egipto, de casa de servidumbre” Las personas orgullosas se
vuelven desagradecidas y pronto terminan no valorando lo que Dios y los demás le
han dado.
7.
No creamos que es por nuestra capacidad que tenemos lo que tenemos. Deuteronomio
8. 17 - 18 “y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han
traído esta riqueza. Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder
para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres,
como en este día.” Es Dios quien nos da la capacidad de hacer lo que hacemos,
hay otros más preparados y no hacen nada.
8.
No sirviendo a otros dioses. Deuteronomio 8. 19 “Mas si llegares a olvidarte de Jehová tu
Dios y anduvieres en pos de dioses ajenos, y les sirvieres y a ellos
te inclinares, yo lo afirmo hoy contra vosotros, que de cierto pereceréis” Cualquier
cosa que esté por encima de Dios y lo desplace ya es un dios: la pereza, las
riquezas, los deportes. Etc.
No
es malo que tengamos riquezas ya que es Dios mismo quien nos da la capacidad
para conseguirlas, lo malo es cuando esas riquezas se convierten en nuestro
dios.
Es
muy importante luchar por conseguir bendiciones de parte de Dios o metas y
sueños anhelados, pero es más importante luchar por cuidar lo que
hemos conseguido. No basta con llegar a la cima de la montaña es muy importante
mantenerse en ella.
Dios
les bendiga abundantemente.
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