CADA
DÍA CON DIOS
Enfrentando
nuestros Enemigos
El pueblo de Israel siempre tuvo que enfrentarse a diferentes enemigos de manera constante.
En
el desierto los únicos pueblos que sobrevivían eran los fuertes,
numerosos y preparados para la guerra.
Hoy en
día nuestros enemigos posiblemente ya no son de carne y hueso, pero igual
seguimos teniendo enemigos que arruinan nuestra vida.
Enemigos
tales como miedos, traumas, pereza, desanimo. Etc.
Es
nuestra decisión si nos enfrentamos a nuestros enemigos o si nos dejamos
doblegar por ellos.
Como
Enfrentar a Nuestros Enemigos.
1.
Entendiendo que en cualquier momento se pueden presentar. Deuteronomio
3. 1 “Volvimos, pues, y subimos camino de Basán, y nos salió al
encuentro Og rey de Basán para pelear, él y todo su pueblo,
en Edrei.”
Saber
esta verdad más que atemorizarnos debe servirnos para que siempre estemos
preparados. Algunos grupos de seguridad dicen: “es mejor estar preparados para
algo que no ha de suceder a que suceda algo para lo cual no estemos preparados”
En
términos espirituales el Apóstol Pablo dice que la persona que esté de pie
tiene que cuidarse para no caer. 1 Corintios 10. 12 “Así que, el que
piensa estar firme, mire que no caiga.”
2.
Controlando todo temor. Deuteronomio 3. 2 a “Y me dijo Jehová: No tengas temor
de él, porque en tu mano he entregado a él y a todo su pueblo, con su
tierra; y harás con él como hiciste con Sehón rey amorreo, que
habitaba en Hesbón.” Es inevitable sentir miedo o temor, lo
importante es saberlos controlar.
La única
forma de dominar nuestros temores es a través de nuestra forma de pensar. De
nuestra mente podemos hacer nuestro mejor amigo o nuestro peor Enemigo.
3.
Estando siempre armados para la batalla. Armados de valor, de conocimiento, de
fe. Etc. Deuteronomio 3. 18 “Y os mandé entonces, diciendo: Jehová
vuestro Dios os ha dado esta tierra por heredad; pero iréis armados todos los
valientes delante de vuestros hermanos los hijos de Israel.” Siempre debemos
estar preparados y listos para enfrentar a nuestros problemas.
3.1.
Para los cristianos no existe la buena o la mala suerte.
4.
Creyendo que es Dios quien pelea por nosotros. Deuteronomio 3. 22 “No los temáis; porque Jehová vuestro Dios,
él es el que pelea por vosotros.” Saber que Dios pelea por nosotros no
significa que nosotros no tengamos que hacer nada.
5.
Animando y fortaleciendo a los que tienen que luchar. Deuteronomio 3. 28 “Y manda a Josué, y anímalo, y fortalécelo;
porque él ha de pasar delante de este pueblo, y él les hará heredar la tierra
que verás.”
La
mejor forma para ayudar a quienes tienen que enfrentar sus peleas
es animándolos a seguir, las palabras de desánimo hacen que perdamos
nuestras batallas.
El
desánimo puede ser un enemigo letal para la conquista de sueños y propósitos,
de nosotros depende que animemos o desanimemos. Podemos decirle: tú puedes, tú
eres capaz, esfuérzate un poco y lo lograras.
Todo
aquel que emprenda algo importante en su vida siempre va a tener que
enfrentarse a enemigos, personas que quieren desanimar, miedos en su interior,
prejuicios etc. La única forma de salir victoriosos es nunca dejando de luchar
tomados de la mano de Jesucristo.
Dios
les bendiga abundantemente.
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