lunes, 23 de septiembre de 2024

Un momento... Resistir la tentación

 


UN MOMENTO CON DIOS

Resistir la tentación

 

“Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil”. (Mateo 26. 41)

 

Que grande revelación, que Jesús relata en tan poderosas palabras, nada más y nada menos que la lucha entre la voluntad humana convertida que quiere seguir al Señor y honrarle y la vieja naturaleza, que por el contrario quiere honrar al mundo y al mismo servirle. La voluntad de los discípulos era solidarizarse con Jesús, tanto así que momentos antes, todos habían jurado que estaban dispuestos a ir a la muerte por él (26. 33 - 35). Sin embargo, Jesús sabía que esto no sería suficiente.

Y es que el ser humano necesita una fuerza mayor. No tiene suficiente fuerza ni voluntad en su interior o por sí mismo, aun cuando se considere apto y dispuesto, para resistir la tentación. Por eso necesita de la oración, el medio por el que permanece conectado al Señor. Pablo habló de su lucha personal entre su voluntad y la voluntad de la carne (Romanos 7.15 - 25). La advertencia de estar alerta se repite en todo el nuevo testamento (1 Corintios 16. 13; 1 Tesalonicenses 5. 6; 1 Pedro 5. 8) y se relaciona amplia y extensamente con la oración (Efesios 6. 18; Colosenses 4:2; 1 Pedro 4. 7)

A diferencia de las batallas físicas, la guerra espiritual depende mucho más del tiempo “quieto”, en postura de rendición, arrodillado en oración, como exhortó Jesús a sus discípulos (Mateo 26. 41). No ganaremos “luchando”, sino pidiendo y orando a Dios que luche por nosotros. Cada uno tiene su modesto papel en la guerra espiritual contra los deseos del enemigo, de someternos a la carne. Sin embargo, ni siquiera avanzaremos el 1% de un paso, que no sea sino por la fuerza de Dios actuando en nosotros.

Por ello, acudamos al Señor de los Ejércitos, el Todopoderoso, el Vencedor, el Alfa y la Omega, que determina el principio y el fin de todas las cosas. Busquemos nuestra fuerza en Él. Nos bastará con todo lo que tengamos, si vamos de Su mano.

Dios les bendiga abundantemente.

 

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