UN MOMENTO CON DIOS
La compasión de Jesús
“Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban fatigadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor”. (Mateo 9. 36)
Mateo 9 constituye uno de los
pasajes más esperanzadores de la Biblia pues en Él se entrecruzan dos relatos
milagrosos: el de un padre desesperado que busca ayuda para su hija sin vida
(v. 18) y el de una mujer que ha soportado doce años de sufrimiento (v. 20).
Cada una de estas historias está marcada por la esperanza y la confianza en
Jesús, y culminando las mismas, con un despliegue dramático de su poder
curativo.
De estas revelaciones podemos
observar dos verdades importantes. En primer lugar, Jesús estaba presente en
medio de ellos (vv. 18, 20). Saber que Dios está con nosotros puede darnos
esperanza, incluso en situaciones desesperadas. Más tarde, cuando el Señor
estuvo físicamente entre la gente y vio las necesidades de las personas (v.
35), tuvo compasión de ellas, porque estaban fatigadas y dispersas como ovejas
que no tienen pastor» (v. 36).
En segundo lugar, la esperanza
en Dios requiere fe. Ante la muerte y la batalla contra una enfermedad
incurable, los protagonistas buscaron a Jesús y su toque sanador. Tanto el
gobernante como la mujer que sangraba tenían fe en que, en Él, encontrarían el
camino que cambiaría sus situaciones, y por ello, Él honró su fe.
Estos dos individuos
desesperados fueron rápidamente transformados por la presencia y el poder del
Señor. Si estás enfrentando una circunstancia problemática, permite que Dios se
manifieste de forma poderosa y personalmente. El Señor amoroso siempre presente
vela por el bienestar de cada uno de sus hijos. Al igual que un agricultor
guarda la esperanza de abundante cosecha cuando planta semillas en tierra estéril,
podemos estar seguros y regocijados en la certeza de que cuando el Señor se
hace presente, ¡todo es posible!
Dios les bendiga
abundantemente.
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